Los países de la Unión Europea están implicados actualmente en dos guerras, una en Europa y otra en el Medio Oriente, que están teniendo consecuencias cada vez más graves para las condiciones de vida y la seguridad de las poblaciones de los Estados de la UE.
El frente europeo fue teatro, en septiembre de 2022, de lo que el Wall Street Journal calificó como «uno de los más grandes actos de sabotaje en Europa desde la Segunda Guerra Mundial». Con la cooperación de Noruega y de Polonia, Estados Unidos voló los gasoductos Nord Stream y Nord Stream 2, la principal vía de suministro de gas ruso barato a Alemania, desde donde el gas natural ruso llegaba también a otros países europeos. Basándose en testimonios muy detallados, el periodista estadounidense Seymour Hersh reconstruyó la realización de esa compleja operación de sabotaje.
Posteriormente, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, declaró que la paralización de los gasoductos Nord Stream era una «enorme oportunidad estratégica para los años venideros» y subrayó incluso que «Estados Unidos se ha convertido en el mayor proveedor de gas natural licuado de Europa» [léase de la Unión Europea], gas que nosotros, los europeos pagamos mucho más caro que el que solíamos importar de Rusia.
Al mismo tiempo, Estados Unidos hace repercutir sobre la Unión Europea el enorme costo de la guerra que la OTAN está librando contra Rusia a través de Ucrania. La Comisión Europea acaba además de abrir la puerta a la entrada inminente de Ucrania a la Unión Europea… lo cual implica que serán en definitiva los europeos quienes tendrán que asumir el pago del enorme déficit ucraniano.
En el Medio Oriente, la Unión Europea respalda la guerra que Israel ha desatado, con apoyo de Estados Unidos y de la OTAN, contra el pueblo palestino y exacerba el estallido de un nuevo conflicto regional apuntando principalmente contra Irán.
Italia, vinculada a Israel por un pacto militar firmado en 2004, aporta su apoyo a las fuerzas armadas de Israel de múltiples maneras. Por ejemplo, Italia proporciona los aviones de combate que se utilizan para entrenar a los pilotos israelíes… los mismos pilotos que bombardean Gaza con un enorme costo en vidas de civiles palestinos.
Por otra parte, el primer ministro de Israel, Benyamin Netanyahu, ha prometido a la primer ministro italiana, Giorgia Meloni, que Italia se convertirá en un centro de distribución energética de primer nivel al que llegará el gas natural que Israel venderá a Europa a través del gasoducto EastMed.
La porción del yacimiento submarino de gas natural cuya propiedad exclusiva reclama Israel se sitúa principalmente en las aguas territoriales palestinas de la franja de Gaza. O sea, a través del gasoducto EastMed, Israel exportará, a Italia y hacia el resto de la Unión Europea, el gas natural arrebatado a los palestinos mediante el uso de la fuerza militar.