Producir y generar enfermedades, es un negocio.
Ramiro Guerra M. Abogado, escritor y cientista político
Las enfermedades de variados tipos, merman la salud de los panameños. Las cifras con enfermedades renales, cardio vasculares y otras, están afectando a la población.
La causa de esta realidad, no necesariamente son naturales, sino que están relacionada con una insuficiente y mala calidad de la alimentación. Un régimen alimenticio carente de los nutrientes necesarios para conservar la salud.
Observe en las ferias libres, se deja la impresión de que el arroz, lo es todo.
Hay dos condiciones que inciden en este fenómeno de la alimentación deficiente:
- Un problema de hábito y cultura;
- Los salarios, no son los suficientes para adquirir una ingesta rica en suplementos vitamínicos y proteínas. Los vegetales están por las nubes.
Hasta el cansancio, he denunciado, que el estado y los gobiernos no han tenido una eficaz estrategia alimentaria de la población.
Concomitante con lo anterior, nuestro sistema de salud, centra su objetivo en curar, tratar la enfermedad, no prevenirla. La atención primaria y la organización para impulsarlo no existe. Nuestras comunidades no están organizadas para prevenir y peor, prima una infraestructura precaria.
En escenarios como los esbozados, ineludiblemente los costos para enfrentar el problema, se traducen en gastos millonarios para el estado. Terrible cuando esto se pudiera evitar.
La realidad descrita, da a entender, que producir y generar enfermedades, es un negocio. Prevenir y curar, se traduce en un mal negocio para poderes que acumulan sumas millonarias derivadas de un mal y pésimo sistema de salud.
Es evidente, que tenemos un sistema que no funciona. A pesar de lo anterior, se hace un esfuerzo; no todo es malo. Nunca comulgaré con los que plantean eliminar la solidaridad y en ella, la caja de seguro social, sobre todo porque estoy convencido que, los que se posesionan del discurso de la privatización, son los que nos han llevado a esta crisis. (capital financiero y oligarcas del país).
Quisiera equivocarme; los recién funcionarios nombrados como rectores de la economía y la salud, no auguran reformas democráticas, solidarias y humanas del sistema de salud y la de los panameños.
Somos de la opinión, que la hora del discurso, debe abrir paso a la acción, para evitar reformas draconianas en materia de salud.
Con unidad, todo es posible. Las definiciones en política, se resuelven posicionándose de una correlación de fuerzas, que traiga el progreso y el desarrollo. La privatización no lo es.
Dios bendiga nuestra patria. Son tiempos para convertir la necesidad en libertad.
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