Por: Carlos Francisco Chang Marin
Las normalistas son blancas como un pueblo de azucenas, como un pueblo de palomas y una cúpula de estrellas.
Los caballos de la luna dejaron sobre la arena sudor de nácar y plata con lagunitas de higueras, y seiscientas niñas niñas, como seiscientas muñecas, tomaron agua de luna para vestirse de estrellas.
Las normalistas son blancas, blancas de risas ligeras.
Cuando van subiendo el llano van sembrando una quimera.
La tarde se va poniendo detrás de las cabelleras, con anillos de sardinas y con nubes de cadenas.
La tarde se va llorando. La tarde no quiere verlas.
Cuando van bajando el llano van quitando las linternas.
El llano queda gimiendo. El llano quisiera verlas.
Cuando van subiendo el aire, aire de luz, luz de idea…
¡Cómo va quedando el cielo tupido de madreselvas!
Y la voz se va quedando música dentro la Escuela, cuando las seiscientas niñas sus cansados ojos cierran.
La noche las hizo blancas como blancas lunas nuevas, como los sueños del monte se hicieron agua en las tejas.
La noche de manos suaves con madrugadas de seda, las hizo de caras blancas y de negras cabelleras.
Las normalistas son blancas como un pueblo de azucenas, como un pueblo de palomas y una cúpula de estrellas.
4 Hay varios Likes:) Gracias...