Editorial
Antony Blinken, llegará a Panamá como aquellos emisarios del emperador romano que visitaban sus dominios continentales. Su agenda pública es conocida, pero la oculta suele ser siempre la más interesante, porque constituye el dictamen de sus intereses hegemónicos. Los que asistan a la reunión con míster Blinken lo harán con la mayor sumisión, sus mentes y cuerpos están programados para obedecer y seguir órdenes con la mayor lealtad.
Blinken, arribará a nuestro país, con una América Latina convulsionada políticamente, lo que ha posibilitado la reconfiguración política en la región, haciendo lograr el ascenso de gobiernos de izquierda y progresistas que no se alinean dócilmente a la política estadounidense.
El Secretario de Estado planteará dentro de su agenda oculta un viraje hacia la derecha de aquellos países donde su población ha decidido por una alternativa diferente, al margen de la partidocracia, las falsas promesas y el entreguismo oligárquico. Este panorama no se le muestra fácil a Blinken, especialmente, por la alta tasa de desempleo, pobreza y desigualdad que presenta la región. Estos flagelos políticos, económicos y sociales, han sido consecuencia del robo, el despilfarro, la corrupción, propias de los gobiernos oligárquicos, que han actuado bajo el amparo y beneplácito de su amo del norte.
Estados Unidos nunca quiso hacer alianza con los pueblos de Latinoamérica, y prefirió asignarle la tarea de dominio y gobierno a las oligarquías nacionales y a sus aparatos militares en su momento, de modo que la democracia de la que hablan no se compadece con la alianza estratégica con las fuerzas que siempre la impidieron.
La supuesta preocupación por el torrente migratorio, encubre las causas de la profunda falta de oportunidades de la juventud latinoamericana, porque las riquezas nacionales fueron saqueadas y porque nos endeudaron y nuestro destino ha sido pagar onerosamente, lo que se tragaron los corruptos que ellos mismos auparon en un latrocinio que devastó a nuestras naciones.
Una preocupación adicional que tiene Blinken y lo más seguro esté en la agenda de su visita es lo referente a las próximas elecciones en Colombia y el posible triunfo del Pacto Histórico, encabezado por Gustavo Pretro, cuyo discurso y actuar confronta al modelo tradicional de gobierno en Colombia, liderado por las élites liberales y conservadoras en donde ha florecido hasta niveles insospechados el narcotráfico y también la violencia.
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