Silvio Guerra Morales, deja las cuentas claras.
Siempre he sostenido que los jueces, fiscales, deben de dejar actuar como policías; su oficio no es reprimir, sino la justicia. Esos enfoques normativos de un derecho puro, mecánico, se presta para absurdos y abusos. Siempre hemos sostenido que los jueces, al dirimir causa, lo hagan desde un enfoque trialista.Un absurdo, soslayar un valor trascendental y preciado, como es la soberanía, la defensa de la patria. Patriotas son los que fueron aprehendidos y hoy viven el calvario de injustas detenciones y juicios.
Que contradicción, sin embargo, los delincuentes que se prestaron para avalar un contrato perverso a los intereses de la nación y permitieron que ilegalmente saquearan al país, esos andan libres y hasta nombrados en la Comisión interinstitucional para el procedimiento de cierre de la mina, cuando fueron ellos mismos los que permitieron que ocurriera el desastre que ahora tenemos.
A pesar de que todos están querellados penalmente, hay un ministerio público, temeroso, de ordenar la comparecencia de estos forajidos de cuello blanco, para que rindan indagatoria por traición a la patria y complicidad primaria, en el robo de los cuales fue objeto la nación.
Pena les debería dar a jueces y fiscales, el prestarse para perseguir y juzgar a panameños, por defender la patria.
Vergüenza le debe dar al gobierno y en especial al presidente, de tener a patriotas y nacionalistas detenidos y enfrentando procesos penales. Que contradicción, mientras el pueblo y sus dirigentes defendían la patria, el gobierno ordenaba la judicialización de la lucha nacionalista, de sus organizaciones y dirigentes. El Procurador, por su parte, debe hacer uso atinado del principio de oportunidad y proceder a archivar todos esos procesos vergonzosos de persecución judicial a los patriotas.
Mientras tanto, no hay de otra, solamente la solidaridad con los patriotas perseguidos. El pueblo tiene que exigir la libertad inmediata de todos ellos y lejos de perseguirlos, deben ser propuestos para otorgarles en buena lid, los reconocimientos que la república debe otorgar a quienes defienden a la patria y que en muchos casos se le han otorgado a personas inmerecidas. RGM
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