Fuerzas de extrema derecha, grupos fascistas y sectores económicos privilegiados de Brasil han desafiado en este día el orden democrático y pretenden asestar un golpe contra la voluntad popular en Brasil a solo ocho días de haber tomado el poder el presidente de todos los brasileros, Ignacio Lula Da Silva, surgido de las elecciones generales que todo el mundo ha reconocido.
Este acto no es aislado y parece ser parte de un libreto de la ultraderecha latinoamericana que acaba de realizar una compleja operación en Perú, defenestrando a Pedro Castillo en un claro ejemplo de aporofobia y hoy el país está sumido en un mar de violencia cuyos únicos responsables son precisamente las fuerzas que hoy han intentado dar un golpe en Brasilia.
El mundo entero civilizado, no puede compartir los métodos violentos y antidemocráticos que ponen en peligro la paz pública y la convivencia entre nuestros pueblos.
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