La Justicia se esconde y se escapa de nuestros lares
Por: José Dídimo Escobar Samaniego
En la tarde de hoy, en un evento inusitado y sin precedentes, el magistrado Olmedo Arrocha, ponente en el caso de José Raúl Mulino, de una demanda de inconstitucionalidad presentada por una colega miembro del foro nacional, respecto al acto contenido en un acuerdo del Tribunal Electoral, en el que el mismo determina que, quien por la alianza política RM y Alianza, fungía como vicepresidente, pasaba a ocupar el puesto de presidente, sin que dicho nombramiento fuera propuesto por los partidos en primarias o sus organismos como lo determina el código electoral y el reglamento de los partidos, e igualmente el aspecto que señala la constitución política que, la propuesta debe contener al presidente y de igual forma su vicepresidente que, es como se perfecciona la propuesta presidencial que los ciudadanos deben considerar al momento de la elección general del próximo 5 de mayo.
Se trataba, según el magistrado, de una jornada de docencia. Sin embargo, su comparecencia estuvo dirigida primeramente a justificar un hecho inédito e insólito, en el que, cinco magistradas principales de la Corte Suprema salieron en fuga, a gozar de vacaciones o de supuestas giras de trabajo en el extranjero, dejando en la intemperie y en franco desamparo al país, en momentos que se requieren decisiones antes de que ocurran hechos que, terminen por convertir en sustracción de materia, lo que debió tutelarse y determinarse su constitucionalidad o no.
Parece ser que, a los magistrados viajantes, se les olvidó el texto del artículo 201 constitucional el cual expresa categóricamente que: “La administración de justicia es gratuita, expedita e ininterrumpida”.
Presentar como excusa que: esos compromisos internacionales y hasta vacaciones tienen mayor prelación que la paz pública del país, que depende precisamente de decisiones judiciales oportunas, es una soberana falta de respeto a todos los panameños. En un país serio, hoy mismo estarían despedidos todos.
Para ser Magistrado, hay que ser serio, tener coraje, voluntad y visión. La irresponsabilidad histórica, de haber abandonado el puesto, dejado en manos de los suplentes y hasta el país sin tutela judicial efectiva, en este momento estelar, manifiesta un nivel de cobardía de nuestras autoridades judiciales, motivados tal vez por supuestas encuestas que podrían determinar supuestos resultados electorales, pero también esconde este acto de elusión escandaloso, el frío cálculo político, buscando tal vez, relección en esos puestos en los que ahora han demostrado que no tutelan las garantías constitucionales a los panameños, sino que, a sus propios intereses se avocan, aunque el país entre en una escandalosa crisis en la administración de justicia que desconoce el artículo 201 constitucional citado.
Es necesario establecer un principio fundamental en el que la función judicial es responsabilidad del Estado velar porque los derechos y garantías del ciudadano, sean respetadas en aras de evitar ese ambiente de desprotección e inseguridad jurídica que hace que la búsqueda de la justicia sea ilusoria e inalcanzable y que ahora, ese ambiente de desprotección se ha apoderado de la ciudadanía.
Según el magistrado, que pareciera pariente de Mario Moreno, el extraordinario artista mexicano de todos los tiempos, este caso podría con suerte resolverse después de la toma de posesión del próximo presidente, y la pregunta que queda, en dónde queda lo expedito de nuestra justicia y por qué en el caso de Martinelli, si actuaron expeditamente y no lo hacen para los demás casos. Nos ha dicho el magistrado claramente que, va a fallar sustracción de materia. Todo el discurso estuvo ocupado en justificar los tiempos para no tomar decisiones.
Es probable que, todas estas maquinaciones respondan a planes oscuros, de sectores poderosos como tenebrosos que, llevarían al país a una crisis, mucho más grave que la actual, pero hay que recordar que, “teje el necio la soga, sin saber que, para su propio pescuezo la elabora”. “Porque la sabiduría de este mundo es insensatez para con Dios; pues escrito está: Él prende a los sabios en la astucia de ellos”. Corintios 3:19
Por su parte, la Magistrada María Cristina Chen Stanziola, quien tiene en manos desde hace casi siete meses, en un acto de total irrespeto a la constitución política y a la ciudadanía, es el día de hoy que, ni siquiera ha determinado asimilar o admitir en su despacho, la denuncia publica sobre la ilegalidad del acto administrativo proferido por la Dirección de Registro civil del Tribunal Electoral, en donde le rehabilita sus derechos ciudadanos a Rómulo Roux, cuando esa instancia no es en absoluto competente para dicha acción que, la constitución política le reserva expresamente al pleno de la Asamblea Nacional de Diputados, conforme el artículo 161, numeral 10.
Estamos frente a un hecho grave del no cumplimiento de la función judicial oportuna del Estado y como no se resuelven los casos que se han presentado para ser dirimidos, los ciudadanos tendremos que recuperar la justicia en nuestras manos, ante el abandono de los puestos de quienes se nombraron, con jugosos salarios del erario público y juraron cumplir la constitución, pero hoy nos dejan en la orfandad y el desamparo.
Que nuestro Señor Jesucristo, a quienes los poderosos de la tierra no pueden sobornar, ante la ausencia de justicia de nuestras instituciones nacionales, nos imparta su justicia que, es la verdadera y en la que está fundada la paz que anhelamos y clamamos y que solo Él nos puede dar. Amén.
El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
