Un Hombre Entero
La dirección nacional del liberalismo colombiano solicitó asilo a la Embajada chilena para Saúl Fajardo, jefe de guerrillas, cuya vida corría grave peligro la noche del 17 de Marzo del año pasado, cuando las turbas conservadoras incendiaron El Tiempo y El Espectador de Bogotá y destruyeron la casa de Alfonso López. Y ante lo perentorio de la situación, el Embajador Berrenechea le dio asilo provisional, de acuerdo con el reglamento. Inmediatamente después, le dirigió un cablegrama a la Cancillería de su país solicitando la ratificación del asilo. Y la Cancillería le contestó negando el asilo y disponiendo que Saúl Fajardo abandonara la Embajada en un plazo no mayor de 24 horas, que era tanto condenarlo a muerte sin la luz de una esperanza.
Es aquí, en esta encrucijada, donde se revela el hombre. Por un lado, la carrera diplomática que se corta de manera abrupta, echando por tierra su brillante situación política; por el otro, el cumplimiento de una orden contra su propia convicción profunda.
Qué hacer?…Se habría preguntado, en ese caso, el alma indecisa de un oportunista, para terminar por quedarse en la Embajada buscando en la disciplina excusas para su conducta. Pero el diplomático chileno no vacila. El revolucionario que hay en él se impone. No entrega al asilado, sino que renuncia. Pasando por encima de la Cancillería, se dirige directamente al Presidente de Chile, en un cablegrama que es un sencillo pedestal de dignidad, una serena lección de humanismo y una brillante defensa al prestigio de su patria. Un periodista cubano ha calificado ese cable como la actitud de un revolucionario, el gesto de un poeta y la revelación de un hombre. me agrada más, porque es más exacto, este último concepto. Cuando la palabra “hombre” deja de ser sustantivo común para adjetivarse, sintetiza todas las excelencias de la especie. He aquí el cablegrama:
“Señor González Videla.-Presidente de la República.-Palacio Presidencia.
-Santiago. Chile- Inhumana actitud nuestro Gobierno al negarse a formalizar asilo concedido provisionalmente por mí a un guerrillero liberal colombiano y con mis convicciones personales y en consecuencia renuncio indeclinablemente a continuar representándole como Embajador de Colombia.
Atentamente.-JULIO BERRENECHEA.
Al renunciar el Embajador Berrenechea, asumió la responsabilidad el Encargado de Negocios, quien trató en vano de atenuar la grave situación del asilado. En vista de eso, Saúl Fajardo pidió entonces ser entregado a las autoridades y pocos meses después fue asesinado en la cárcel de Tunja. La sangre del valiente guerrillero ha mancillado la conciencia del expresidente chileno, González Videla; pero el gesto, noble y magnífico, de Berrenechea, ha salvado el prestigio de Chile, porque este poeta lleva en su alma el alma entera del pueblo chileno.
Santiago de Veraguas, Febrero de 1953
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