Por: Eduardo A. Reyes Vargas
LA lucha de clases es una teoría que explica la existencia de conflictos sociales como el resultado de una pelea central o antagonismo inherente a toda sociedad políticamente organizada entre los intereses de diferentes sectores o clases sociales. Para muchos tal conflicto resulta un cambio o progreso político y social.
Aunque el concepto es fundamental en el marxismo o materialismo histórico, no es exclusivo de él –
Este concepto sabemos genera debate, pero traigo esta definición al tapete por considerarla sencilla.
Los diferentes expertos en la materia podrán diferir o no de ella.
Lo importante es que en la reciente marcha de protesta en contra de la forma como la Asambleas ha manejado el tema de reformas electorales algunos medios resaltaron que ciertos grupos de la denominada izquierda panameña trajeron a colación este actuar social.
En lo personal estoy convencido que el concepto no es atribuible solo a los marxistas, pues las revoluciones europeas y de América fueron reflejo de esas luchas de clases. Marx no había nacido.
Jesucristo también la practicó contra fariseos y escribas entre otros. Su método fue pacífico.
Por ello algunos autores siempre desean descalificar a quien hace alusión al concepto de lucha de clases tildándolo de comunista, rojo ,ñangara etc.
En una forma llana y sencilla la pregunta a realizar es la siguiente
¿Quienes promueven esa lucha?
En lo personal para mí lo es el grupo que desea oprimir o explotar a los otros existentes.
Se crean condiciones muy desventajosas para unos y muy ventajosas para otros.
Esa lucha subyace cada día en la mayoría de las sociedades.
Cuando los Estados permiten la injusticia, las desigualdades, las inequidades, la corrupción y otros vicios de la sociedad, sin duda nace en los afectados un cierto descontento que se traduce en esa lucha cotidiana de clases.
Es justo que un grupo de la sociedad no se le den las oportunidades iguales para educarse?. Es justo que mueran en forma prematura por que el sistema le niega la atención a la enfermedad. Es justo que exista hambre ,desnutrición y otros despilfarran la comida.
Es justo que haya salarios miserables y otros sin méritos o excusas inventadas justifique salarios excesivos. Es justo que mis impuestos lo dilapide una minoría?
Es justo que evadan impuestos quienes lo hacen y resaltan su opulencia?
Todo lo desean resolver con esa nueva palabrita que se llama resiliencia. Traducida en la realidad es, aguántate todo,no protestes y sigue en tu miseria.
Son unos escasos ejemplos de detonadores de la lucha de clases.
Se ha querido sociológicamente decir que la sociedad la componen tres clases. La alta, la media y la baja o pobre y muchos estudiosos crean perfiles con diferentes atributos para hacer la clasificación.
Entre ellas y a veces dentro de ellas se realizan estas luchas sumergidas .
Pienso que si no se desean las luchas de clases y menos las luchas armadas las democracias deben funcionar en base a sus principios fundamentales.
Mientras vivamos comedias llamadas democracias, esa lucha estará en el fondo del pensamiento sobre todo del que se siente injustamente marginado por una clase , poder político, económico etc.
Así que esa lucha subsiste cotidianamente en muchos ejemplos del actuar de cada miembro de esta sociedad pluriclasista.
En ocasiones Omar llamaba a algunos de estos actos” complicidad de clases “sobre todo en las esferas más pobres de Panamá.
Te protejo por ser de mi clase y atacó o jodo al que no lo es.
Por ello esta manifestación que respetamos sus participantes, independiente de sus objetivos, marca algo de esa lucha de clases, que se da en lo político y en lo cívico.
Que algunos de sus asistentes no poseen la autoridad para formar parte de ella, es una opinión que respetamos.
Sin embargo el desencadenante de esta motivación colectiva de protestas, lo es la conducta no democrática de nuestra Asamblea al querer reformar el Código Electoral debilitando a nuestra democracia participativa, creando escenarios muy angostos y ególatras para fortalecer solo sus ambiciones personales y a veces de corte monárquico.
En otras palabras induciendo al pueblo hacia otros escenarios que no sea la contienda electoral para mermar tanta injusticia.
Si la democracia sigue debilitándose, entonces no nos quejemos si se da en mayor cuantía esa lucha de clases.
Dejemos las pamplinas a un lado. Este pueblo no come bulos y opiniones desorientadoras sobre estos conceptos sociológicos.
La lucha de clases existe ya en el diario vivir.
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