Por: Ramiro Guerra.
Muy temprano, llegó José Milagros al muelle.
Los capitanes de esos enormes barcos que transportaban las frutas de banano, tenían por costumbre reclutar a supuestos marineros.
Ese día, José Milagros, estaba en la fila entre los primeros. Sin rodeo ni preguntas del capitán, fue escogido para embarcarse como marino.
El martes 13 del año siguiente, nuevamente arribó el mismo barco en el muelle.
El primero en bajar, como pie en polvorosa, fue José Milagros. Y gritaba, no regreso mas…
Contaba que en travesía, vivió la experiencia de surcar olas gigantes que amenezaban con hundir el barco. Dijo que vió ballenas gigantes mas grande que el barco y pulpos enormes, cuyos tentáculos rodeaban parte de la proa del barco. También que vio sirenas, hombres y mujeres.
No paró de hablar; era su tema preferido en su iter por las cantinas del pueblo.
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