Resulta muy sospechoso que la empresa Minera Panamá, para esta negociación haya contratado a las firmas más prestigiosas de abogados del país. Este solo hecho ha de haber prevenido o por lo menos originado prurito a los representantes del gobierno en esa mesa de negociación.
Todo esto pareciera sugerir que la empresa busca llegar a la negociación con una actitud de rendición del Estado, presentar solo para firma el cese de negociación, como ocurrió tanto en la gran primera guerra mundial como en la segunda.
A diferencia de la tesis errónea que suele argumentar la empresa y algunos abogados pagados para diseminarla, en el sentido que el Contrato de Concesión Minera está vigente, porque la Sentencia de Inconstitucionalidad no tiene efectos retroactivos, esto es falso. Ese contrato no está vigente, esta ha de ser la carta fundamental del Estado en la negociación. Este es un contrato de solemnidad, sólo alcanza efectos con el Decreto Ley y al no existir este en el mundo jurídico por ser inconstitucional, la empresa no tiene una concesión. El Estado no estaría desconociendo la inexistente seguridad jurídica cuya existencia defiende esa empresa.
Las cartas son favorables al Estado. Actúen con firmeza en la mesa, no acepten migajas y no se rindan bajo mareos jurídicos sin sustento constitucional y legal.
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