El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Victoriano Rodríguez Santos
Sorpresivamente, el Presidente de la República José Raúl Mulino, solicitó al Director de la Caja de Seguro Social (CSS), Enrique Lao Cortés, suspender la Licitación Pública que se tenía programada, por 178 millones de balboas, en medicamentos.
Expresa el Presidente que «…Si no pudieron abastecer en 5 años, no lo harán repitiendo los mismos procesos…». Comprensible la postura del presidente Mulino, no obstante debe tener presente que su asignado para dirigir la CSS, no necesariamente le garantiza un proceso diferente y mucho menos una gestión aplaudida por la población, mas bien, todo lo contrario.
La población rechazará de plano las medidas paramétricas de Dino Mon y encontrará en las calles un pueblo uniformado contra sí mismo sin uniforme y peor a los jubilados, los cuales, de ser penalizarnos con 15 años de prisión deberán ser enterrarán en la cárcel.
La medida tomada por el presidente Mulino, de suspender esa Licitación Pública, debe ser la flecha que llegue a las licitaciones anteriores, inclusive a la botellas y caiga quien caiga, para así demostrar que su palabra de sanear la Cosa Pública se cumplirá.
No obstante, presidente Mulino, existen medicamentos de suma importancia, que no pueden dejar de comprarse, tales como los oncológicos, aquellos que se usan en las diálisis renales, de hematología, cardiología o para cirugía cardiovascular, entre otros.
Medicamentos que no deben suspender la compra o en su defecto, adquirirlos por contrataciones de menor cuantía, mediante actos públicos, porque de esos medicamentos depende la vida del paciente.
Información extraoficial nos indica que no hay amiodarona inyectable, el cual se necesita en las unidades coronarias e intensivos.
La situación expuesta implica, Presidente Mulino, que es importante oriente y permita a los diputados escoger a un Contralor del pueblo. Que conozca la Institución por dentro y por fuera. Que vaya a trabajar, no hacer negocios ni enriquecerse.
En una oportunidad un ex alto funcionario dijo que mientras era contralor perdía dos millones de balboas al año y la pregunta es:
¿Qué papel juega un empresario que dice perder dos millones de balboas al año por ostentar el cargo de Contralor General por un salario de 7,000 balboas al mes, es decir 84,000 balboas al año? Las matemáticas no cuadran. ¿Cuál es el negocio de ser Contralor, si no es servir a la población? Dios te salve, Panamá.
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