Por: Jaime Flores Cedeño
Hoy, 7 de noviembre, Nicaragua, se enfrenta una vez más ante un dilema de intervencionismo mediático a escala global que apunta a ilegitimar un torneo soberano y democrático, sustentado en el derecho electoral que vive el hermano país y que a esta hora han procedido a votar miles de nicaragüenses en la más plena tranquilidad y paz.
Los medios de comunicación inclinados hacia la política hegemónica estadounidense no dicen que son en total seis candidatos presidenciales que se disputan hoy el poder del Estado. Todos estos candidatos hicieron sus campañas con libertad y ninguno fue cuartado de sus derechos.
En la coyuntura actual, el Gobierno ha tenido que enfrentar múltiples desafíos producto de una escalada de agresiones por parte de los USA, en complicidad con grupos oligárquicos vendepatrias que aspiran tomar el poder por la fuerza con el beneplácito del pentágono y entregar los recursos materiales y naturales de Nicaragua a las grandes empresas transnacionales que dominan el planeta.
El pueblo nicaragüense bajo la dirección de su presidente Daniel Ortega Saavedra ha sabido responder con altura la política intervencionista estadounidense, que utiliza a partidos de oposición, ONG, Fundaciones y medios de comunicación, con el fin de crear el caos y tergiversar los logros de este país en la última década. Desconocen, además, el desarrollo político, económico y social que ha tenido el pueblo en materia de salud, educación, vivienda, género, trabajo, cultura y deporte, lo que ha posibilitado una mejor condición de vida.
A manera de ejemplo tenemos, que al llegar el Gobierno Sandinista al poder la pobreza estaba en un 48%, doce años después, se redujo al 24%, mientras que la pobreza extrema disminuyó de 20% al 6.3%. Es meritorio resaltar, que con la actual pandemia del COVID-19, Nicaragua es uno de los países de la región con menor número de contagios y fallecidos, gracias al moderno sistema de salud preventivo y especializado extendido en el territorio.
Panamá, comparte con Nicaragua una historia común de amistad y solidaridad que se ha fortalecido con el paso del tiempo. Durante la dictadura de Somoza la Brigada Victoriano Lorenzo, integrada por valientes panameños viajaron a esta Nación a empuñar las armas contra el dictador. Fue loable, también, el respaldo internacional que tuvo el FSLN y el pueblo nicaragüense del general Omar Torrijos Herrera, quien siempre se identificó con su lucha por derrocar al sátrapa.
Recordamos sus palabras en la plaza de la Revolución el 18 de agosto de 1979, cuando manifestó que:
“El costo social que este pueblo pagó tiene algo profundo, tiene algo sublime, tiene algo profundamente humano: Nicaragua puso sus propios muertos para la liberación, así es que nadie puede venir a ponerles condiciones…”
A pesar de las agresiones que los USA ha puesto en práctica en el Continente hacia Nicaragua y otros países de la región, incluyendo, Cuba y el hostigamiento permanente a Venezuela, la lucha continúa de manera frontal por parte de trabajadores, campesinos, indígenas y estudiantes, que no cesarán en oponerse al intervencionismo y en pronunciarse a favor de la justicia social, con equidad e igualdad.
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