Por: Ramiro Guerra M. Abogado y Cientista Político.
La transferencia de recursos de los sectores que se han servido de ese crecimiento económico , el mismo no se ha hecho sentir en el sector primario y su impacto en un desarrollo integral del país.
Las estadística de la desigualdad se mantienen, sin embargo los grupos de poder se han hecho más ricos. Es lo que hemos denominado el síndrome del cuello de botella , es decir lo ancho para unos y lo angosto para otros( las grandes mayorías).
Esto ha ocurrido aún en el curso de la pandemia covid 19. No ha habido gobierno con voluntad política para cambiar la realidad y la ley del embudo sigue siendo un calvario para el pueblo. Los multimillonarios ingresos que ha recibido el estado, vía deuda externa( están en la ruta de llegar a 45 mil millones y el actual gobierno se lleva el primer lugar) no han concurrido resolver las desigualdades sociales.
Deuda para pagar deuda, déficits presupuestarios y sobre todo gastos de operaciones. El panameño se pregunta, cuánto de estos recursos, han estado dirigidos a gastos improductivos y otros que generan malestar ciudadanos. De la crítica señalada, no se salva ningún gobierno.
Nada los ha diferenciados en este tema; todo lo contrario, más coincidencia que diferencias. Como decía don Salvador Muñoz, ex candidato presidencial, el país demanda de un revolcón. No hay en estos momentos, indicios de cambiar la realidad y lo que se vislumbra es más de lo mismo.(Gatopardismo).
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