Por: Abel Comrie
“Los Estados Unidos no tiene amigos, si no intereses” (Robert Mcnamara, Secretario de Defensa, 1966)
La designación de Varela y Martinelli como corruptos, más allá de lo acertada que sea la aseveración, responde a la política de “dejar caer” a todo aquel que no esté alineado o deje de responder a los intereses imperiales.
Por lo que, honestidad, transparencia o democracia, son conceptos relativos dependiendo de qué es lo que le convenga a los USA.
Es así como a través de la historia, han respaldado a asesinos, traficantes, dictadores, cuando así les ha convenido. En nuestro pasado más reciente, tenemos a Noriega.
A RM no le perdonan que también los haya pinchado; a Varela que haya aperturado relaciones con China y a Noriega, que se haya negado a involucrar a Panamá en forma directa, con fuerzas militares en la guerra nicaragüense de los contras/sandinistas.
Son los menos indicados para hablar de corrupción.
Todo indica que lo de Varela, no es más que un mensaje, de una larga lista, a los que ostentan o procuran ostentar el poder político: obedecen al imperio o se atienen a las consecuencias.
Los Estados Unidos están desesperados ante el fenómeno global de la multipolaridad. Es así como en el caso de Panamá, arrecian en acciones para cumplir con sus objetivos,: retomar el Canal, aumentar la presencia de sus efectivos militares, el control de nuestra política exterior, etc.
Una muestra reciente, el “curso” a jueces en Colón, el empuje inusitado en las investigaciones locales contra Varela, etc.
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