Por: Eduardo A. Reyes Vargas
Es cotidiano conocer cada día cómo esta pandemia ha afectado la calidad de la educación para los estudiantes e igualmente para quienes imparten estas enseñanzas, los educadores con vocación.
Sin duda los escenarios son de angustias sobre todo en los hogares carentes de las herramientas mínimas para recibir esa educación a distancia y la compra de útiles que muchas veces se solicitan para afianzar, las habilidades ,las destrezas y los conocimientos en ese alumnado.
Muchos hogares en Panamá, no poseen los ingresos por la pérdida de trabajo de sus padres.
O cuentan con salarios vergonzosos.
El bono solidario y aquellos que tiene algún tipo de beca o ayuda escolar, muy difícilmente soportan los gastos del hogar.
Recordemos que hay que comprar comida, gas, pagar luz, agua, internet y en muchas ocasiones útiles escolares.
Es probable haya un ahorro en vestimenta, zapatos y transporte por lo de clases no presenciales.
Pero aún así, estos hogares está infra viviendo.
Es por ello que maestros y profesores observadores de este drama algunos víctimas también de estas limitaciones económicas, deben tener un sentimiento de compasión cuando encargan útiles para trabajos que cercenan ese escuálido presupuesto hogareño.
Es lógico existen las necesidades de algunas herramientas para mejorar esas habilidades o destrezas, pero el contexto actual es muy lamentable.
Yo en lo personal a veces medito cuantos conocimientos, habilidades o destrezas que se me enseñaron me han realmente servido para ser hoy lo que soy, un profesional de la medicina.
Las agradezco pero muchas no han sido útiles.
Aspiro a que se revisen los contenidos de materias a todo nivel y se incluyan sin descuidar una educación integral formadora, los realmente útiles.
A veces pienso que hay materias que solo sirven para justificar la inserción de educadores en nuestras escuelas, pagarles sus sueldos e igualmente a educadores en Universidades como formadores de todos ellos.
Ojala se revisen sin egoísmos ni conflicto de interés estos programas y cada día preparen al alumnado para los retos que este mundo les tiene.
Agudiza el problema el propósito e interés meramente comercial en el sector educativo y en otros sectores vitales para la ciudadanía.
La tecnología en ascenso vertiginoso suplantará muchas carreras y abrirá espacio a otras.
Los avances tecnológicos es muy probable irán sustituyendo a muchas materias que hoy día solo son para cumplir con inamovibles y quizás caprichosos programas de estudios.
La gran biblioteca mundial, con páginas veraces identificadas, que es el Internet, ofrece un gran tesoro de conocimientos.
Sabemos que no es universal y menos en nuestro desigual país con brechas de tecnología digital muy marcadas.
Es decir hoy la educación ya no se basa solo en el conocimiento muchas veces reservado con egoísmo por algunos formadores.
Más comprensión y misericordia con nuestros alumnos que están viviendo una tragedia económica.
Al menos por el momento no exijamos gastos en compras escolares que no variarán sustancialmente su futuro y desempeño en la vida de nuestra juventud.
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