El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
El gran problema de América Latina, es su falta de unidad para enfrentar temas de globalización, deuda externa y desarrollo.
Por Ramiro Guerra M. Abogado y cientista político social.
Datos relacionados con la deuda externa, dan cuenta que la deuda externa de América Latina, ronda los 5.8 billones. Esa cifra al día de hoy se aproxima a los 6.0 billones. Esos números sugieren que, esa monstruosa deuda, pone en manos de los deudores un gran poder. Imaginemos una unión de países deudores que levante la bandera de una deuda menos onerosa, especulativa igual que apunte hacia condonación de tramos de esa deuda, seguramente colocaría a nuestro países en capacidad de disponer de mayores recursos para el desarrollo de nuestros países.
Juntos podemos, solo, perdemos y seguimos perdiendo. La masa de dinero que sale de nuestros países hacia los centros de poder financiero, nos convierte en exportadores de capital neto. Una forma que descapitaliza a nuestros países y se convierte en trabas para el desarrollo de relaciones de equidad. Solos estamos a merced de ese control y hegemonía del capital financiero. Hemos llegado al extremo de pedir que nos presten para pagar préstamos. Con razón, se dice que, la deuda externa es impagable. Seguir pidiendo para pagar a esos acreedores.
Se lo pongo sencillo, cuando el estado panameño, dispone de 4,500 millones para pagar anualmente, más intereses que capital a estos especuladores del dinero, supone un sangramiento de la nación y los panameños.
Esa relación no tiene forma de terminar.
En términos per cápita, cada panameño es deudor de 8 mil 400 dólares, desde su nacimiento.
A Latinoamérica, no le queda otra que unirse. Si no, nos seguirán sangrando.
No sugiero el no pagar, sino alto a la especulación salvaje por parte de los carroñeros acreedores financieros.
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