Juan Jované
Como se afirma en la metodología de la OIT (ILO/Pensions Actuarial Model, 2020), la modelización correcta del mercado laboral, así como los supuestos que surgen de ésta para los cálculos actuariales, son un elemento fundamental tanto para realizar un correcto diagnóstico del sistema de pensiones, como para diseñar medidas para salvaguardar el derecho humano a una pensión digna.EL problema nuevamente se encuentra en la presencia de algunos sesgos en el análisis del mercado laboral contenidos en la “Valuación Actuarial del Sistema Panameño de Pensiones” (OIT, 2022), los cuales afectan de manera significativa la validez del documento. Esta situación, para ser más concretos, debilita la posición de los trabajadores frente a una eventual reforma de dicho sistema de pensiones.
Según el documento presentado por la OIT en su “Valuación Actuarial” este está limitado al llamado “escenario base” o “escenario “statu quo”, en el cual no solo se mantienen sin alteración los parámetros legales del modelo actual de pensiones, si no que, además, se conserva sin modificaciones la naturaleza del funcionamiento del mercado laboral. Esto significa que hacia el futuro se mantendrán los problemas que éste ha venido generando en el pasado.
El problema del documento bajo análisis es que, al realizar sus proyecciones, no se insiste en que las mismas y sus consecuencias se basan en mantener totalmente lo que podemos llamar el estilo de desarrollo de la economía panameña. Esto lleva a ocultar algunas pistas fundamentales para una solución del problema del Programa IVM que asegure el bienestar de los asegurados.
Si bien es cierto que la valuación advierte sobre el problema de la informalidad, omite señalar que la misma solo se refiere a los trabajadores ocupados en actividades no agropecuarias. Quedan, entonces, por fuera los problemas de los trabajadores del sector agropecuario, donde, de acuerdo a la propia OIT, se da el mayor nivel de evasión de trabajadores asalariados.(66.0%). Vale la pena añadir que, en 2019, año que la OIT utiliza de referencia, el 62.0% de los ocupados en actividades agropecuarias eran cuenta propia.
En el cálculo a futuro de la tasa de desocupación el informe de la OIT, deja constante el patrón de desempleo observado en la Encuesta de Mercado Laboral del año 2019 (p. 69). Esto lleva a dos importantes observaciones. En primer lugar, se está utilizando como referencia un año en que el estilo de desarrollo ya mostraba signos de debilitamiento. En segundo lugar, que el mismo se mantendrá incólume hacia futuro. La OIT simplemente no advirtió sobre este importante elemento.
En el caso de los salarios el informe de la OIT omite un rasgo estilizado fundamental del estilo de desarrollo de la economía panameña que afecta seriamente a la seguridad social.
De acuerdo a los registros estadísticos la participación de los salarios en el PIB se redujo de 37.8% en 2001 a 26.6% en el 2019. Se trata de un fenómeno que no se puede explicar por la caída de la participación de los asalariados en la ocupación total o por la baja de la productividad del trabajo. Es un fenómeno que se refiere a la pérdida de capacidad de negociación de los asalariados.
Un elemento adicional llamativo en la presentación de la “Valuación Actuarial” es el supuesto sobre el crecimiento de la ocupación, que se sitúa en apenas 0.6% anual, y a su vez el PIB suponen que crece en 4.5% anual, de ser así la productividad consecuentemente crecería en 3.9%. Entonces los salarios deberían crecer a ésta tasa y no al 1.5% como se propone en dicha valuación (p. 70).
Nuevamente quedan claras la limitaciones de la “Valuación Actuarial del Sistema Panameño de Pensiones”. Es evidente, además, que es importante revalorar el estilo de desarrollo.
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