Omar Torrijos. Otras historias.|

Por: Eduardo A. Reyes Vargas.

Mi primer encuentro no individual con Omar Torrijos fueron un par de giras que como estudiantes de Medicina que  hacíamos a comunidades pobres de Panamá Oeste. Una El Espavé  y la otra en  Sajalices.

Luego en Cero Tigre en Chiriquí.

Lo observamos en la distancia pues andaba con nuestro Decano  DR YOUN y el Rector de La Universidad  de aquel entonces DR.  Rómulo Escobar.

 Fuimos  pocos los estudiantes de Medicina que asistíamos a esas giras, ya que  otros estudiantes se oponían al régimen de Torrijos.

Como  Médico  Interno (l972) formamos parte de una  comisión para negociar un paro de médicos Internos y Residentes a nivel nacional. Nos llevaron a Rio Hato donde Omar en su hamaca nos atendió. El Coronel Pascual Gonzales, entonces Mayor piloteaba la nave. Creo ya fallecido.

Allí expusimos las realidades de nuestros Hospitales, docencia etc. que considerábamos andaban mal.

Se firmó un acuerdo y se suspendió el paro.

Luego al intentar ganar una residencia de Medicina Interna en el Complejo, se  realizó acción para despojarnos a algunos de los aspirantes por ser ya Torrijistas. La intervención de una autoridad lo impidió.

Yo en lo personal había concursado en el Hospital Santo Tomas y  en el Complejo Hospitalario. Gané ambas y renuncié a la del HST que ocuparía un brillante colega compañero de graduación.

Terminada la Residencia donde se sufría en ocasiones el rechazo a los residentes que deseábamos mejorar la docencia y atención de pacientes, se nos permitió solo trabajar en Policlínica y otros colegas se nombraron en la Provincia de Colon.

Aspiraba ir a Veraguas mi provincia natal pero no se dieron las condiciones.

Muy a pesar de ser Torrijistas, las autoridades que gobernaban el Complejo así lo dispusieron.

Algunos opuestos a Omar.

Recordemos que también dentro del Torrijismo existían y existen corrientes diferentes desde el punto de vista ideológico.

Yo he pertenecido al sector progresista.

Pasado los años mientras estudiaba en la excelente Biblioteca del Instituto Gorgas, cercano al Hospital Oncológico donde ejercía como Internista, entró a esa sala de estudio, El general Torrijos.

Yo estaba con el Director de la Misma, un excelente Bibliotecólogo pero opuesto a Torrijos.

Torrijos iba a visitar a su amigo el DR Galindo.

Se sentó donde yo estaba y me pregunto que estudiaba. Recuerdo que me cuestiono si estudiaba Patología y con respeto le informe que eran temas de mi especialidad Medicina Interna.

Me dio una palmada y subió al despacho del DR. Galindo.

Previo a su llegada llego un corpulento y alto escolta, la avanzada. El murió con Omar en Cerro Marta.

Machazek su apellido.

Vestía una camisilla rosada manga larga rosada similar a la que yo usaba ese día.

Eso fue la razón para que el Bibliotecólogo me fastidiase riéndose, diciéndome que si  yo también era de esa avanzada del General

Nos llevábamos muy bien y me ayudaba obtener artículos en USA además que la Biblioteca tenía al día las mejores revistas de Medicina Interna.

Fue la última vez que vi en persona a Omar antes de su desaparición, aún no aclarada en sus causas.

Los padres de Omar, eran compañeros de trabajo de mis padres en Santiago de Veraguas.

Don José María Torrijos y doña Joaquina Herrera.

 Doña Joaquina cuando viajaba a La Peña, población cercana a Santiago, con mi madre Bethsabé, ambas en el plano celestial, me cargaba entre sus brazos, para ayudar a mi madre.

Eran caminos de lodos  que solo vehículos ya usados en Usa y revendidos los jeep Commander o Chivas gallineras, podían atravesar esas rutas.

Yo viví en Santiago, durante mi segundo año de internado, en casa alquilada a un familiar de Omar, con mi esposa y mi hija pequeña de meses, la mayor.

La casa era al frente de la salida de la Cocina de la Normal.

Un día al salir vi a Omar sentado en el césped rodeado de estudiantes y sonriente con ellos.

Fue la otra ocasión que lo observé de cerca.

Cuando  l973, yo cumplía mi internado en Veraguas, y se celebraba la feria de Soná, atendiendo yo en el cuarto de Urgencias en el viejo Hospital, tocaron la puerta.

Un humilde señor nos informó de un accidente y que  traía heridos.

Una de ellas era la señora Joaquina. Era pequeña y la historia me permitió devolver ese favor que hizo con mi madre.
La cargué pero ya había fallecido por los golpes. La acompañaba una jovencita que tenía una pequeña fractura. Venía también el chofer de la señora Joaquina con leves golpes.

El señor que los transporto, lo hizo en un vetusto auto  pick out con caja trasera que el mismo Omar uso para acompañar y transportar el féretro de su madre del Hospital a casa de un familiar donde la velarían

Lo observe ese día y lo admiré más.

El mandatario era el hombre humilde que escoltaba el ataúd de su madre en ese auto que por daños en sus amortiguadores tenía una carrocería inclinada.

Omar sujeto con una mano  a una baranda y con la otra manteniendo el balance del féretro. Todo un espectáculo de humildad como fue su existencia

 Las demás acciones de Omar ya son conocidas.

Yo solo relato algo que viví, como otros muchos panameños  y que  me permitió conocer a ese personaje, de carne y hueso.

Hoy día con esperanza me entero se creará en el PRD un escuela de enseñanzas doctrinales.

Ojalá textos como La Línea, Soy un Soldado de América Latina, Ideas en Borrador sean objeto de debate y enseñanzas, sobre todo para esa generación de relevo.

Uniformados y no uniformados deben ser lectores obligantes de esos mensajes.

Igual que muchos otros libros que exaltan su figura.

Con ello se podrá fortalecer la agónica situación de bases ideológicas y la practicas de ellas por los servidores públicos con grandes responsabilidades en este gobierno aunado a los valores éticos y morales que se encuentran en esos textos, en EL Código de Ética de Servidores Públicos y principios fundamentales del PRD.

 El partido que Omar fundó para transformar esta nación y beneficiar a sus mayorías desposeídas.

Objetivos por cumplir aún.

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