Por Ramiro Guerra M.
Jurista, escritor y cientista político.
La negación de la negación. (Lo nuevo contiene lo viejo) ambos se traban en contradicciones. Dependiendo de la correlación entre lo nuevo y lo viejo, se puede concluir, que estamos frente a cambios positivos y progresista. Lo contrario, hablamos de retroceso y más de lo mismo.
Es una especie de ser o no ser.
Panamá, nuestra amada patria, se encuentra sumergida en este dilema. Encrucijada, como la denomino. Reiterar las formas, el fenómeno, es admitir, que estamos frente a lo mismo.
Esta ley de la negación de la negación, aplica para todos los órdenes de la vida en sociedad.
El crecimiento económico, cuando no hay desarrollo, induce a las mismas patologías sociales. Crecimiento no significa reparto con equidad; menos un estado éticamente de equilibrio.
La asimetría en materia salarial lo mismo que de las pensiones, anclan la economía.
El presidente José Raúl Mulino, casi le ha endosado un cheque en blanco a la empresa privada para que genere crecimiento y empleos. Sin embargo, la empresa privada no lo ha podido hacer desde la pandemia (2019); ha revelado incapacidad.
Hasta cierto grado, parasitariamente vive a partir de lo que haga o deje de hacer el estado. Le falta sinergia.
La constitución es clara, cuando señala que las actividades económicas seguirán las orientaciones del estado, pero a la empresa privada le corresponde generar iniciativas y generar empleos. El estado, no puede por sí sólo, llenar el vacío de iniciativas en el sector privado.
Tenemos un sector privado, muy llorón. Trabajen y pongan la economía a generar empleos.
Durante la pandemia, Covid 19, más de mil establecimientos, mini y pequeña empresa quebraron. El gobierno de la época se equivocó. La solución de la crisis del desempleo, pudo haberse abordado desde un mayor apoyo a estos sectores. No lo hizo. Jugó todas sus cartas a políticas asistencialista. (inversión improductiva, nada de retorno).
Soy del criterio, que la masiva informalidad, fue más el resultado de políticas erradas del gobierno frente a la crisis.
Tenemos un problema, si lo que se piensa es nuevo, no rompe con lo viejo, estamos mal. Cuando lo viejo se impone, se abren coyunturas reaccionarias, contra revolucionarias y de abyección a la patria.
Soy de la opinión que, no se necesita subvertir el orden constitucional y legal, para reformas profunda en todos los órdenes de la vida en sociedad.
Por ejemplo, la Constitución Nacional, en su artículo 284, literal 2, le impone exigir a las empresas que prestan servicios de interés público, velar y exigir, la debida eficacia de tal suerte que, los usuarios se sientan satisfechos. Si no ocurre, el estado puede accionar medidas como la de cancelar las concesiones.
Hay que estar alerta; lo viejo puede amenazar lo que se presenta como nuevo.
Las eras de reacción y anti reformas, no se baten en retirada fácilmente.
Un gobierno sin sustentación social – democrática es presa fácil de los viejo.
Dios bendiga la patria.
14 de julio de 2024
5 Hay varios Likes:) Gracias...