Por Ramiro Guerra M.
Abogado y cientista político social. (Abril de 2023).
Como si fuera poco, más de un millón de panameños en pobreza y extrema pobreza, consumiendo calorías por debajo de lo necesario. Un tramo importante de la población subalimentada.
Servicios de salud deficientes y precarios. Ahora se le ha venido a la población una oleada de oxígeno contaminado a raíz de la humareda en Cerro Patacón.
Eso se veía venir; incendios casi fuera de control y la atmósfera saturada por esas nubes contaminadas por sustancias tóxicas. A lo anterior, se agrega el síndrome del polvo del Sahara.
El Ministerio de Salud parece subestimar la situación. Los cuadros de sintomatología respiratorias se han disparado por la carga de alergias causada por la situación arriba señalada. Los niños y adultos mayores son lo más afectados.
El gobierno no ha medido la trascendencia de la contaminación atmosférica.
Desde hace tiempo, se señalaba que Cerro Patacón, había sido rebasado por la basura y desechos tóxicos de la ciudad y San Miguelito. ¿Qué se hizo? Nada. Un lesseferismo que, devino sinónimo de incapacidad.
Sucesivos gobiernos cargan con este desastre. Todo lo anterior tiene un nombre, falta de planificación sumada a una incapacidad rampante y campante.
Me decía un amigo, en última instancia esto es un problema político, en tanto que, problemas como el de la basura y el agua, no pueden abordarse eficientemente, allí donde reina y predomina el yo decido y el yo mando.
Gobernabilidad ahogada en cero democracia participativa.
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