Vuelve y jala el macho; el empecinamiento de Trump contra la nación y su retórica de tomarse el canal, es propio de una personalidad, que obra y actúa con grados enfermizos de irracionalidad.
Desafía el orden jurídico nacional e internacional, con esos desplante de hombre duro, que se conduce sin escrúpulos.
En un artículo , señalé, que les resbala instituciones propia de una relación civilizada, como el principio del Pacta Sum Servanda, los contratos se cumplen . De acuerdo; con la doctrina de los actos propios, los Estados Unidos, en una relación bilateral, no puede negar o retractarse, de obligaciones contraídas en un contrato o tratado.
Resulta ahora, que para Trump, el tratado de la neutralidad permanente, no tiene eficacia o valor jurídico alguno. A su antojo, lo viola, aduciendo mentiras.
De una narrativa falsa, ahora amenaza con emplazar fuerzas militares en el canal, como parte de un plan, para dar el golpe, de tomarse el canal por la fuerza.
¿ Y nuestra autoridades que? No da muestra de enfrentar con hidalguía y fervor patriótico, esa escalada contra la nación. Apropiarse del canal.
A nivel internacional, existen muchos foros, donde pudiéramos acudir para hacer valer nuestra verdad; sin embargo existe un grado de falta de sinergia , para implementar tales iniciativas.
Peor, llama la atención, que la nación y el pueblo, no han sido convocados a ratificar nuestra condición de país soberano.
Hay coincidencia, en el sentido, de que la situación relacionada con el canal , no está siendo bien manejada. Las autoridades, dejan traslucir un temor reverencial a los desplantes de Trump.
El tratado de neutralidad permanente, no da lugar, a intervenciones unilaterales por parte de USA.
En el artículo 5 del tratado de neutralidad permanente, claramente quedó establecido, que vencido el tratado del canal de Panamá, solo Panamá, tendrá fuerzas militares en el territorio y por ende en el canal.
Resulta entonces, que esa orden de Trump , al ejército de los Estados Unidos, de ir remplazando fuerzas militares en el canal y sus alrededores, constituye, una flagrante violación al tratado citado.
Vuelvo y reitero, enfrentar todas estas mentiras y amenazas, pasa por movilizar a toda la nación, dirigida a ratificar nuestra condición de país soberano.
Un error, creer, que este affaire solo puede ser manejado por el presidente.
La unidad nacional, es el camino correcto para enfrentar tal irracional pretensión yanqui.
El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
