Por Carlos Ochoa E.
No voy a referirme a las autoridades judiciales ni a otras, responsables de administrar justicia, ni otras instituciones responsables de hacer cumplir las leyes en general, las cuales están duramente cuestionadas por la ciudadanía, aunque para ellas también cabe formularse la misma pregunta, o al menos; que tanto sirven.
Voy a referirme a unas Instituciones gubernamentales llamadas Autoridades, que sus actuaciones tienen límites de responsabilidad muy específicos; así tenemos: Autoridad de Transparencias y Acceso a la Información, Autoridad Nacional de Tierras, Autoridad de Tránsito y Transporte Terrestre, Autoridad de los Recursos Acuáticos, Autoridad de Aseo, Autoridad Marítima, Aeronáutica Civil, Autoridad de Defensa del Consumidor, Autoridad de Turismo, Autoridad de los Servicios Públicos, Autoridad del Canal de Panamá, Autoridad de Aduanas, y seguramente se me escapen otras. Estas Instituciones en su pasado formaron parte de algún ministerio o bien de alguna otra institución gubernamental.
A partir de la década de 1990, con la imposición de las políticas neoliberales por todos los gobiernos de turno aparecen, tal como nacen las plantas con las lluvias, las Instituciones llamadas “autoridades”, con autonomía económica y administrativa, sus respectivos patrimonios y según las leyes que las crearon, están adscriptas a la Institución a la cual pertenecían, pero eso no pasa de ser un eufemismo. En buen lenguaje panameño, como son autónomas no le paran bola a ninguna otra autoridad. La pregunta es: A quién responden entonces?
Los que tengan más de 50 años deben recordar el “Plan Ford”, programa de recuperación económica, impuesto a Panamá por el Fondo Monetario Internacional después de la criminal invasión a Panamá en 1989, por allí esta el origen de las inoperantes instituciones llamadas “autoridades”, que solo han servido y sirven para aumentar la burocracia estatal y el clientelismo político, y eso tiene un nombre, corrupción al mejor estilo.
El país camina, mejor dicho, lo llevan hacia una atomización administrativa, que en nada beneficia a la población ni coadyuva a la solución de los problemas de la mayoría de la población, vemos como se crean en cada periodo presidencial nuevos corregimientos, sin ningún fundamento social ni económico, solo se crean con fines políticos y propósitos electorales. Así mismo se crean instituciones completamente innecesarias.
Con un análisis administrativo serio, nos damos cuenta que muchas de estas llamadas “Autoridades”, tienen funciones compartidas, que riñen con las funciones de otras instituciones. Solo veamos algunos ejemplos: La Policía con la ATTT, El Miviot, con Anati, y el Mida, Autoridad Marítima con la de Recursos acuáticos y como si el mar no fuera agua y de por medio el Idaan, Autoridad de Aseo con los Municipios, por el tema de la basura, Migración con Pasaportes. Y otras “autoridades” que se ven colgar de la nada, como la Autoridad de los Servicios Públicos. Y por los vientos que soplan pronto tendremos otras más; La Autoridad de Medicamentos e Insumos para la Salud Humana. La cual mermará el rol rector del Ministerio de Salud, en la materia.
Que no nos echen el cuento que en otros países, esas instituciones han servido para mejorar la administración pública. Ese es precisamente lo que nos han vendido los dueños del poder, puede que en otras naciones hayan funcionado, pero aquí solo han servido para aumentar el clientelismo político y aumentar la planilla estatal a límites insospechados y eso tiene un solo nombre, el cual no quiero volver a mencionar.
Por un lado nos encontramos entre los países con la peor distribución de la riqueza, sexto en el mundo, también con uno de los países con una de las planillas estatales más grandes de América y del mundo; y quienes se benefician de ello; la llamada “clase política”, los eternos parásitos del Estado.
Argentina tiene una población de 46 millones de habitantes y 241,696 empleados públicos, y Milei quiere rebajar más. El Salvador tiene 6.7 millones de habitantes y 45,187 funcionarios públicos. Inglaterra tiene 57 millones de habitantes y unos 500 mil empleados públicos y nosotros con apenas 4.3 millones de habitantes tenemos cerca de 300 mil empleados públicos. Hay Instituciones donde se nombran cuatro conductores por cada vehículo y un administrador por cada 10 empleados.
Para nadie es un secreto que existen Instituciones, donde los empleados se atropellan en los pasillos, porque no caben, donde hay más “generales que soldados rasos. Hasta cuándo se va a seguir creando más burocracia estatal innecesaria, más botellas.
Para los dueños del poder económico y político, claro que les convine un país atomizado, dividido y fragmentado, así se aplica muy bien aquella máxima que dice: “divide y vencerás”, y así reinarás casi para siempre
El autor es Sociólogo y Profesor de Geografía e Historia
4 Hay varios Likes:) Gracias...