Por Ramiro Guerra M.
Abogado, escritor y centista político.
Suele ocurrir que, cuando por tu boca, salen palabras o frases, no te percatas que te anulas tu mismo en la pretensión que quiere hacer valer.
Por ejemplos, » valió la pena hacerlo o intentarlo», ¿ qué de pena tiene esta afirmación? , otra, » intentaré hacerlo ¡NO! , lo correcto lo haré; otra, » voy a lograrlo», ¡no! , diga lo lograré. Otra, mi salud esta deteriorada, va a mejorar». Parte de lo malo. Diga mi salud mejorando y bien. Otra, » seguro que ganaremos esta lucha», error parte reconociendo algo de derrota. Diga, venceremos.
La forma de hablar, más cuando el subconsciente se salta el consciente, salen por tu boca, frases que te anulan . Algo de razón tenía el filósofo René Descarte, cuando dijo,» Cogito Ergo Sum», pienso luego existo.
Muchas veces, es el subconsciente el que habla y termina lastimando al interlocutor o a tí mismo.
Hay freses populares que resumen lo anterior; por la boca muere el pez», «el mentiroso tiene patas de trapo». Déjalo hablar, más temprano que tarde se pone la soga al cuello.
No diga, «hoy trataré de hacerlo», ¡No! Diga hoy lo haré.
«Esta batalla intentaremos ganarla» ¡ No! Expone lo contrario, debemos decir ganaremos la batalla. Lleva implícita la derrota.
Lo haremos poco a poco. ¡no! Denota escasez. Diga lo haremos paso a paso.
Ojo con esa afirmación de hablar bonito. Primero no se dá a entender o procura el efecto contrario de lo que afirma.
La pobreza en el hablar, tienes consecuencias similar a un terremoto. El lenguaje, sobre todo el hablado, exporta pesimismo, desánimo y falta de vivir la vida en positivo.
Para reconclavar, mañana será otro día o ya veremos. Indicios y signos de derrota. Debemos pensar antes de externar palabras o frases.
Como dice el dicho, el subconsciente es tu peor enemigo.
COGITO ERGO SUM (Pienso, luego existo) René Descartes
Dios bendiga nuestra patria.
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