Por: Eduardo A. Reyes Vargas
Sencillez y moderación propias de la persona o cosa austera es una definición de la palabra austeridad
Escasez o carencia de lo necesario para vivir es definición de pobreza.
Con ello, aclaramos ambos conceptos que forman parte del título de esta reflexión.
Según un informe de Ministerio De Economía y Finanzas de Panamá denominado -Pobreza e Indigencia por Ingreso, publicado en el 2020 –la pobreza en el 2019 en Panamá, alcanzaba un 21% o sea casi 900,000 panameños y un 10% en pobreza extrema, 428,000.
Deben haber aumentado esas cifras con el Covid 19.
Son cifras no despreciables en una nación de las más desiguales del mundo.
Ello significa que nuestros gobiernos deben ser más austeros en los gastos de los impuestos de los ciudadanos.
De ser cierto que se han gastado en celebración miles de balboas para divulgar una herramienta que pretende disminuir esas brechas vergonzosas en nuestro país, es un acto contradictorio al buen propósito de ese llamado Pacto.
Le corresponde a la entidad que se señala aportó esos fondos desmentir tal noticia.
Pero bajo el supuesto que sea cierto, pues es una tendencia de los gobiernos hacer ciertos gastos superfluos, no es moral ante tanta hambre que padecen miles de panameños.
Entendemos también que algunas empresas tuvieron sus ingreso por los servicios prestados pero esperamos de ser cierto no sea por amiguismo.
No sé porque cuando el ciudadano común llega por los mecanismos dignos o no, a convertirse en un servidor público para cumplir ciertas responsabilidades, hay una mutación peor que la presentada por la cepa Ómicron.
Se transforma un ser humano sencillo, a un miembro de la “realeza panameña” con todos sus lujos habidos y por haber
Pareciese que la humildad y la austeridad producen en ellos, un deshonor.
No piensan que con esos gastos superfluos miles de familia se les prohíbe tener acceso a la comida, al agua potable, a paneles solares, un mejor salón de clase, a medicamentos etc.
Es decir a elementos básicos del vivir.
En un país donde con cierta frecuencia salen padres a los medios a pedir ayuda para salvar la vida de un hijo o hija.
Quizás la cifra mencionada sean un nada para resolver algunas precariedades del panameño, pero sumando y sumando se observará que sí ayudan a la solución de problemas vitales.
Un liderazgo comienza con practicar lo que predico.
Me agradaría observar que en próximas celebraciones sea el menú de pan y agua para que a más de enviar un mensaje de austeridad sientan en parte lo que es el hambre.
No importa si a esos actos van ciertos personajes acostumbrados al exceso del confort.
Que sepan también que hay otro gran mundo de necesidades.
Si fuésemos una nación con un gran porcentaje de bienestar del ciudadano, otro gallo cantaría.
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