El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Por: Ramiro Guerra M.
Abogado Y Cientista Político.
Los precios de los alimentos se han disparado. Tenemos una población con un nivel precario de vida e ingresos muy bajos y cuando menos, ingresos diarios de un balboa a dos balboas. Un 40 por ciento de las personas en desempleo abierto o articulados a labores de informalidad.
Me parece poco serio que se le pida al pueblo panameño que cambie al consumo de alimentos sustitutos y más baratos. Lo peor, observo a profesionales sugerir tipo de ingesta alimentaria balanceada, que incluya frutas y vegetales. No conocen que está ocurriendo en los hogares panameños. Los altos precios han depreciado el dólar.
Lo anterior es lo que me lleva a preguntarme, ¿existe alguna política alimentaria para la población?
No hay política de control de precios; oligopolios y especulación, hacen de sus travesuras perversas de abusar con los precios.
Antes estaban las ferias libres; nunca el gobierno actual ha dado una explicación de por qué se cancelaron. Las farmacias populares comunitarias, fueron objeto de todo tipo de críticas por las mafias que manejan y controlan estas actividades y las mismas fueron cerradas. Le cerraron el mercado. Los centros de asistencia de alimento comunitario, virtualmente desaparecieron. La estrategia que se formula, es que la población aprenda a administrar el consumo. Estas son promesas que siguen pendiente por parte del estado.
En mi opinión, no existe política del estado en materia alimentaria para la población. Esto es ‘salvase quien pueda’. Tenemos un país con una masiva población subalimentada. Y nuestros partidos y politicastros; lejos de esa realidad. Tenemos una población grande enferma y tiene que ver con estas carencias. Y para rematar, un sistema de salud hecho aguas.
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