El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Por: Ramiro Guerra.
Jurista, Escritor Y Cientista Político.
Laura Jane Richardson, ex jefa del Comando Sur de USA, se reunía con las autoridades panameñas, en esta foto con el presidente Mulino y tratan al país con absoluto menosprecio y e intervienen en asuntos que son de exclusiva competencia de los panameños, pero sucesivos gobiernos desde la cruel invasión del 20 de diciembre de 1089, actúan con una vergonzosa genuflexión.
Hablar de neutralidad, cuando te comprometes con los Estados Unidos, intervenir en procesos políticos de otros países, es propio de un discurso falsario o simplemente una alineación con un país, que le resbala el derecho internacional público.
Nuestro país, ha sido víctima de intervenciones por los Estados Unidos. Sucesivos gobiernos de esa nación, sin miramiento y reparo alguno, se reiteran que nuestra región latinoamericana, es su traspatio y llegan al absurdo de señalar, que su jurisdicción, por cuestiones de seguridad nacional se extiende mas allá de su territorio.
Inventan argumentos para justificar y dar curso a la doctrina Monroe. Ahora, asimilan el narco delito, elevándolo a terrorismo.
Nuestro país, Panamá, por su condición de tránsito, que une mares, tiene una gran importancia en la geopolítica, sobre todo en el plano comercial marítimo e igual militar.
Sin embargo, lo anterior no significa que los Estados Unidos, nos trate como un país bajo su tutoría, de intervenir en nuestros asuntos internos cuando les plazca.
El discurso de la soberanía, no puede usarse para un tema (canal), pero para otros, se observa una genuflexión que le hace daño al país. Es terrible que internacionalmente nos miren como un satélite de USA.
La General Laura Richardson y el ministro de Seguridad Frank Ábrego. El sometimiento es vergonzoso. Nuestra Soberanía está desatendida y por eso el pueblo no tiene confianza en la actual conducción del país frente a la pretensión y la amenaza de apropiarse de nuestro Canal.
Desde la perspectiva citadas, los panameños no podemos estar de acuerdo, que los actuales gobernantes, presten el territorio nacional, como rampla para urdir políticas de agresión e intervención contra el hermano país de Venezuela y el gobierno de Nicolas Maduro.
Dada la condición de país cuya ruta marítima está abierta al mundo, debemos evitar inmiscuirnos en los problemas internos de otras naciones.
Se ha hecho costumbre, que los Estados Unidos, instrumentalice el territorio nacional, para esos despropósitos e intereses suyos.
Panamá, debe airar la bandera de país soberano, independiente y capacidad de autodeterminación.
Discursos para hacer la soberanía en el canal, está bien. Lo que deja mucho que decir, es la forma vergonzosamente genuflexa, conque se manejan las relaciones con los Estados Unidos.
Hay que ser coherente y no estar blandiendo discursos contradictorios.
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