Por: Ramiro Guerra M.
Jurista, Escritor Y Cientista Político.
Constitucionalmente, el presidente José Raúl Mulino, cumplió con designar a los procuradores de la nación.
Como bien se ha señalado, los procuradores no tienen jefe. Su superior es la constitución, que enumera sus obligaciones.
En el ministerio público hay mucho por hacer, de tal suerte de devolverle a esos despachos, la credibilidad por parte de los ciudadanos.
Acabar con esa percepción, que los procuradores, responden al poder político y a factores del poder económico.
Desde las perspectivas arriba señalas, el procurador escogido, tendrá que darle los impulsos necesarios a querellas, que el sr. Caraballo, metió en el congelador y poca información dio al país y a los ciudadanos.
Los panameños, no han olvidado, que en la procuraduría general de la nación, reposan sendas querellas interpuestas contra la empresa First Quantum (minera cobre Panamá) por delitos contra el medio ambiente y el patrimonio nacional.
Es sabido por todo el país, que esa empresa estuvo operando ilegalmente con la complicidad del gobierno, el presidente y todos los integrantes del Consejo de gabinete del expresidente Cortizo Cohen.
La lentitud en la investigación de esas querellas penales, ha dejado la impresión, de que cuando hay de por medio intereses, la justicia no camina.
Sugiero a los querellantes arriba señalados, tan pronto el procurador Luis Gómez, entre a ejercer el cargo, se eleven o presenten los respectivos escritos de impulso procesal de esas querellas
En cuanto a la procuraduría de la administración, hay que darle un impulso a todos los despachos legales, de tal suerte que sus opiniones jurídicas, tengan el nivel en derecho.
Hemos observado que, en nuestro medio, la Notitia del crimen, ha perdido fuerza. Esta debe tener carácter más vinculante.
La ciudadanía tendrá que estar vigilante, en torno al cómo se conducirán estos funcionarios, fundamentales para el fortalecimiento del estado de derecho y la seguridad jurídica .
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