El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Victoriano Rodríguez Santos
Las protestas populares contra la Ley 406, que prácticamente entrega a Minera Panamá nuestro patrimonio nacional, se están dando en toda la República. Como ejemplo al tipo y clase de gobierno que tenemos. Un gobierno que no escucha ni respeta a la población.
Son protestas pacíficas que involucran niños, jóvenes, adultos y personas de la tercera edad, independientemente la condición política, social o económica.
El gobierno de Laurentino Cortizo Cohen y la Asamblea de Diputados han demostrado gran incapacidad política producto del desamparo administrativo, legislativo, de gobernabilidad, así como del desarrollo social y económico. Gran absurdo.
Las protestas realizadas por organizaciones gremiales o que surgen espontáneas, han dado muestras de desarrollar una capacidad diferente, coherente y con sentido común, del cual parece adolecer el gobierno (Ejecutivo, Legislativo y estamentos de seguridad nacional, incluyendo el pueblo uniformado).
Es por ello que tenemos que continuar manifestándonos, con cordura, madurez y paciencia hasta que la Corte Suprema de Justicia declare inconstitucional la Ley 406, por todos los errores marcados o señalados por juristas reconocidos.
Se hace necesario continuar la lucha haciendo manifestaciones pacíficas, no permitir infiltrados (personas con cubre rostro ni tapabocas), independientemente la excusa que puedan dar.
De presentarse algunos en estas situaciones, llamar a la policía para haga el trabajo que le corresponde, que no necesariamente es reprimir a la población que protesta.
La mayor probabilidad de quienes se cubren el rostro, es que lo hacen para formar problemas. Esos son los infiltrados, quienes pueden ser personas pagadas para tal propósito, así desvirtuar nuestras protestas y manifestaciones multitudinarias pacíficas.
En tal sentido es necesario solicitarle a todas las organizaciones gremiales y a mis coterráneos de tantas luchas y conquistas, los Ngabe Buglé, no bajar la guardia.
La lucha es contra la firma de la Ley 406 que prácticamente entrega nuestra Nación a Minera Panamá (empresa de accionistas de Estados Extranjeros), no contra nuestros compatriotas.
Nuestra orientación es que permitan el paso, por lo menos a los vehículos de alimentos, combustible, gas licuado, ambulancia y otros con pacientes (obviamente acreditados) y que necesariamente deben seguir su camino.
Protestemos con conciencia cívica, como parte de una población que tiene que alimentarse y SUBSISTIR PARA RESISTIR.
A quienes protestamos en las ciudades, es necesario mantener un paño de la vía disponible para el paso de vehículos, ellos también quisieran protestar, pero se movilizan, la prueba es que el claxon de los autos suena ininterrumpidamente con el paso de cada vehículo. Sinónimo de apoyo.
De mantenerse un cierre total de calles, crea antipatía y rechazo entre el mismo pueblo que protesta, cuando lo que buscamos es unirnos más y consolidar el movimiento nacional, que a todas luces está venciendo las malas acciones del gobierno.
Se les invita a reflexionar y todos juntos contra la Ley 406, hasta que la Corte Suprema de Justicia defina mediante un fallo su inconstitucionalidad.
La derogación de la Ley 406, por la Asamblea, mediante otra Ley, pareciera, al igual que el plebiscito pretendido, permitirle a la minera ganar tiempo para accionar y continuar explotando sin ley ni legalidad, nuestros recursos minerales.
Pudiera ser otro subterfugio gubernamental y ponernos en mayor riesgo de una demanda de arbitraje, por ello es imprescindible que sea la Corte Suprema de Justicia quien estudie, evalúe y emita el fallo correspondiente en tiempo oportuno, para así garantizar la paz social.
A los policías, PROTEGER Y SERVIR. Ustedes son parte del pueblo. Usan uniforme producto de su trabajo. Su familia no usa uniforme, tampoco sus vecinos y parientes.
Al igual que los policías jubilados (o en reserva), ustedes, en algún momento serán ciudadanos igual que nosotros, por favor no maltraten a quienes defienden los derechos de ustedes de sus parientes y amigos. PROTEGER la Constitución y la Ley. SERVIR a la población. Dios te salve, Panamá.
Ciudadano humanista y patriota.
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