Qué ocurre con los partidos, hacia dónde nos llevan.|

Por: Gonzalo Delgado Quintero.  

Se sustenta que la estructura democrática en una sociedad como la nuestra descansa en los partidos políticos; pero pongámonos a pensar quienes son en estos momentos, los que dirigen dichos colectivos.

No voy a decir ningún nombre; no va a ser necesario. Pero quién dirige, por ejemplo, el arnulfismo. En ese colectivo, hace unas semanas, hubo una especie de disputa, pero resulta que la persona que es algo así como una influencers, una casi modelo que ya fue parte del parlamento, fue quien dijo algo medio salido de la línea que pareció altisonante, pero creo que fue como llamarada de capullo. Allí seguirá quien estaba, a pesar de su estrepitosa pérdida y de su mala gestión como funcionario público y como parte del nefasto gobierno que hicieron.

Vemos a otro partido, como el Cambio Democrático, un colectivo sobre el que pesa una carga muy grande que ni siquiera el sistema del saneamiento de la bahía podría depurarlo. Lo mismo es Realizando Metas (RM), un nuevo colectivo que surge tan embarrado de la misma materia orgánica porque es dirigido por los mismos que con esa excreta, embadurnaron al CD y que, por obvias razones, tampoco pueden limpiarse la materia fétida con este mismo sistema de purificación.

Esto es el colmo si nos detenemos a ver el tema de la corrupción, el robo descarado, la falta de justicia efectiva, la descomposición política, el clientelismo y ahora, el descaro y la impunidad de casi toda la dirigencia política. Nadie parece salvarse.

Por otro lado, ni siquiera mencionaré a nadie de la Democracia Cristiana o Partido Popular, ahora; tampoco del Movimiento Liberal Republicano Nacionalista (MOLINERA) que tiene una proverbial suerte que han acabado hasta con la institución de beneficencia que Belisario Porras Barahona creó el 5 de diciembre de 1914, a través de la ley 25 por la cual la nación asumió la administración de esa noble institución, ahora ahogada en el descrédito. No diré de ellos nada, además,  porque son partidos rémoras. Esto quiere decir que, estos colectivos casi nunca van con candidatos propios y solo se agregan debajo de la panza del tiburón más grande y allí van medrando sin esfuerzo, comiendo de las migajas que se desprenden de la boca del gran escualo.

Eso son los principales, y fíjense que ni siquiera hablo de otros partidos de Volkswagen.

En cuanto a los movimientos que buscan formarse como partido político, está Otro Camino, cuyo abanderado dice que es independiente; en principio y en el 2019 fue apoyado por la extrema derecha juntada principalmente por un sector circunciso muy fuerte en Panamá. No sé ahora, si por el hecho de que el principal de sus voceros no ganó o trate de inscribir este nuevo colectivo, fue sacado del redil sefardita. Hay que recordar que para estos grupos semitas todo es negocio.

Finalmente, he dejado el plato fuerte para cerrar este artículo. Me refiero al Partido Revolucionario Democrático (PRD). Al igual que los demás partidos, el PRD cambió su ideología (el torrijismo) para renovarse bajo la bandera del neoliberalismo. Esto ha sido así durante todos los gobiernos de post – invasión de los cuales el Partido que fundó Omar ha encabezado a tres de ellos.

Pareciese que ese nefasto sistema impuesto desde 1989, casi a nivel global y que en Panamá fue peor porque además, nos llegó como añadidura de esa intervención militar estadounidense contra nuestro país; debe ser acompañado también de personas nefastas. Ese sistema es especulativo, por tanto, necesita de gente inescrupulosa que lidere en cualquier país que esté bajo su influencia. A lo mejor eso explica que en todos los colectivos, el clientelismo  que ofende groseramente la dignidad humana, sea la tónica de hacer política y en el PRD esta forma, esté en su apogeo.

El autor es periodista, escritor y analista. Próximo a la postulación del CEN del PRD

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