El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Por Ramiro Guerra M.
Jurista, escritor y cientista político.
La naturaleza es una sola. Los mortales somos la parte pensante de ella. Sin embargo, lo último no es del todo cierto.
El mundo de hoy surca caminos irracionales. Lo racional, lo pensado, ha retrocedido y estamos adentrados en una selva llena de animales salvajes; monstruos que desprecian a su propia especie. Humano contra humanos.
Una especie de Sodoma y Gomorra moderna; al hombre, la moda y la vanidad lo vuelven imbécil. Si no estás conectado con estos paradigmas, te consideran como un dinosaurio vivo en estos tiempos y la moda es generalmente, la negación del avance de la civilización.
El tiempo pasa ante nuestros ojos y no nos damos cuenta que somos viejos. Mirar para atrás, lo que trae son lamentos de lo que pudo ser y no fue.
Se nos inculca una conciencia del embrutecimiento. Nos educan para obedecer, no para pensar y mucho menos pensar críticamente.
El disenso dentro límites que nos imponen la sumisión. Post modernismo, eufemísticamente así le llaman algunos pensadores.
En otras ocasiones he escrito, que la educación es el principal medio para justificar una sociedad de zombis y desorientados.
He acusado a las élites del poder económico de; obstaculizar reformas profundas. No les interesa cambios en el sistema educativo, ni los métodos de enseñanza. Se sirven de lo que tenemos como educación porque en el fondo es una maraña que confunde y lleva al sometimiento por vía de la ignorancia y a la pérdida de la libertad que sólo da el conocimiento.
Preguntemos ¿por qué en 40 años, no ha sido posible reformas hacia la formación del hombre crítico?
Lo ocurrido en las elecciones, como anillo al dedo, deja al desnudo que clase de sociedad, se ha construido y que es reiterativa.
No se trata de echarle culpa al individuo. Las causas de esta crisis de conciencia y del pensar crítico, hay que buscarlas en otros lados.
Lo concreto, es que, de este síndrome, existen los que se aprovechan de la realidad descrita.
Todo un desafío, cambiar hacia nuevos paradigmas. Los vigentes y viejos, nos tienen anclado.
Bien lo decía Séneca, hace más de dos mil años, “Ningún viento es bueno para un barco que no tiene puerto”
Dios Bendiga la patria y a los panameños.
18-5-2024
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