El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Juan Jované
La lectura del reciente pronunciamiento sobre la crisis de la Caja de Seguro Social del grupo Repensar Panamá, que siempre ha mostrado ser un instrumento de los sectores económicamente dominantes, permite establecer que se trata de un nuevo intento de este grupo de confundir a la población y evitar su movilización.
Es evidente que detrás de un supuesto lenguaje progresista, el documento no muestra absolutamente ninguna oposición a las llamadas reformas paramétricas. Más aún, se utiliza el mismo lenguaje del Conep y el gobierno de turno según el cual se necesita el sacrificio de todos. Esto aparece en el documento del Repensar Panamá bajo la siguiente formulación: “para resolver el déficit financiero del programa IVM se requiere el compromiso de todos los panameños”. Esta fórmula, entre otras cosas, oculta el hecho de que fue la Ley 51 de 27 de diciembre de 2005, la que está en la base de los problemas del sistema solidario (SEBD), fue ideada y patrocinada por los sectores económicamente dominantes.
Todo esto significa que los componentes del grupo Repensar Panamá, no muestran ningún rechazo a medidas como el aumento a la edad de jubilación, la elevación del monto de las cuotas, el incremento de los años de cotización y la reducción del monto de las pensiones.
Así mismo, en el texto de Repensar Panamá no se manifiesta oposición alguna al que se generalicen las cuentas individuales las, que es conocido, generan pensiones de miseria. Este sería un tema obligado si en realidad este grupo tomara en serio la idea de que es necesario que “el panameño disfrute de una buena calidad de vida cuando concluya su vida laboral”. Más aún, se deberían haber referido a que el estilo de desarrollo impuesto por los sectores económicamente dominantes, se caracteriza por salarios insuficientes e informalidad. Obviamente se trata de confundir no de avanzar en una dirección favorable a la población asegurada.
Si bien en términos formales el documento de Repensar Panamá se plantea la conveniencia de “minimizar la evasión tributaria”, lo cierto es que no aclara que se trata de un fenómeno generado básicamente por el sector empresarial, el cual anualmente entre evasión y elución deja de aportar a Estado B/ 7,800.0 millones. El documento, además, no dice nada de la evasión de cuotas, con lo que se tapa un elemento importante: aproximadamente 27 de cada 100 trabajadores de la empresa privada son evadidos de la CSS por sus empleadores.
No es menos cierto que más allá de una declaración puramente formal de que no están de acuerdo con la privatización, no se aclara un elemento importante: existen formas de privatización vedadas. Este es el caso del modelo del SIACAP, el cual ha sido propuesto por el sector privado para el conjunto de las pensiones, en el que tras la fachada de una entidad pública se esconde la privatización no solo de el registro de los aportes y el cálculo de los beneficios, sino también el propio proceso de manejo de los fondos. Esta aclaración es importante ya que el nuevo administrador ya ha señalado que se va a entregar a una empresa privada el almacenamiento y resguardo de los medicamentos y los insumos. ¿Cuánto tiempo falta para que se externalice la función de manejo de los fondos de la CSS?
Estamos en un momento en que se hace necesario denunciar las actividades de grupos como Repensar Panamá que más que ayudar a una salida real del problema de las pensiones, genera confusión hacia la población. La tarea no es caer en los cantos de sirena, es movilizarse por una seguridad social pública, solidaria y universal.
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