Por: Ramiro Guerra. Abogado y Cientista Político.
Regateándole al pueblo, al ciudadano derecho democrático de supervisar, fiscalizar, el trabajo de los funcionarios que, mediando la voluntad popular, han sido electos para ejercer tales cargos. Ese derecho llega, si fuere necesario, revocarle el mandato.
Recién la asociación de alcaldes y representantes, anunció la convocatoria de una marcha, para protestar contra la decisión del Tribunal Electoral, de darle carta de legitimidad a la convocatoria de un proceso de revocatoria de mandato del señor alcalde del distrito de Panamá. Según la asociación que aglutina a alcaldes y representantes, ese proceso de revocatoria, riñe contra la democracia y la voluntad popular. Semejante afirmación, constituye un desprecio, a esa voluntad popular, que ellos dicen representar.
Vamos aclarando, la condición de ciudadano, no se pierde por el hecho de ejercer el sufragio. Aceptar tal criterio, sería aceptar que, una vez que el ciudadano vota en unas elecciones, deja de ser ciudadano y pasa a ser un mero súbdito del poder o del funcionario por quién votó.
En un artículo de opinión, señalé que, cuando la constitución establece, que el poder emana del pueblo, lleva o conlleva también el derecho ciudadano, de revocar el mandato otorgado. Es decir, los ciudadanos siempre tienen el status de mandantes. Lo anterior se resume en el concepto de la soberanía popular.
Este es el núcleo axial de todo sistema que se precie de democrático. Los ciudadanos no otorgan un poder o mandato irrevocable. En consecuencia, el mandante (el pueblo, los ciudadanos), se reserva para sí, el poder de revocar, si el mandatario (el ciudadano electo) desde el cargo que ejerce, lo hace a contrapelo de los intereses de los que lo eligieron.
Dicho sencillamente, los alcaldes, representantes y hasta el presidente, no son dignatarios de un poder omnímodo. Están sujetos al concepto de la soberanía popular, que implica el escrutinio crítico de su gestión, al punto que, si mediara insatisfacción por parte de los mandantes, queda abierta la puerta, para que se surtan procesos revocatorios del poder o mandato otorgado.
Estos señores que están convocando a una marcha, no tienen idea del abc con que funciona una real democracia.
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