Por: Rafael Ruiloba Caparroso
Fue la conciencia critica de la literatura panameña durante el siglo XX. Al igual que de la política y la cultura. Su obra es clásica, y su influencia decisiva en el advenimiento de las literaturas de Vanguardia, y de un un modelo de periodismo moderno. Entendió la literatura como una forma de incorporarse a la cultura como expresión planetaria de lo humano, para oponerlo al mal radical , la guerra y el fascismo. Y como instrumento para luchar lanza en ristre por el ideal humanista concibió al periodismo como ejercicio crítico de la cultura para adecentar la sociedad y la vida.Su discurso, escruta, solivianta códigos, prejuicios históricos, sociales y culturales. Avanza de forma dialógica, como sucede en la célebre conferencia sobre la Los poetas de la generación Republicana , donde la critica del nuevo humanismo enfrenta a los sentimientos gastados de una poesía que pretendía ver al paisaje humano por el hueco de la cerradura.
En ese discurso como en la poética de Juan Bautista Vico, la exposición se transforma en discusión. El ritmo de su pensamiento es dialéctico, ya sea porque va sobrepujando la opinión como resumen eidético de contradicciones o desenvainando la ironía contra la superficialidad, la estupidez y la falta de cultura. Su critica prefiere la verdad, al acomodo conveniente con el autor, guía al lector por los epítomes de la argumentación, la cual busca decodificar el corazón del jeroglífico metafórico de una poesía que se había olvidado de lo humano como fundamento de la cultura.
Roque Javier Laurenza, usa en sus ensayos, la frase lapidaria de su opinión , adornada con la frase célebre y la cita clásica, como forma de aseveración puntual, haciendo que la ostentación erudita sea asimilada por la veracidad argumental. Su poesía es el florilegio puntilloso de la ironía, la figura cumbre de la retórica y de la filosofía, pues la ironía ha construido la modernidad y salvado a la verdad, más allá de las convicciones y las creencias.
Su obra literaria, clásica y vital, es un ejemplo de humanismo, trasunto de la cultura universal, como fundamento de una renovada búsqueda de lo humano, postulado inicialmente por las literaturas de Vanguardia, como renovación moral del hombre, que ha quedado desarticulado de la cultura y el poder, después de la primera guerra mundial que se prolongó hasta la segunda. La función del nuevo humanismo es crear una cultura de fraternidad y un pensamiento critico capaz de cuestionar, el poder antidemocrático, la ignorancia y la estupidez humana cómo baldones de la cultura.
Hay muchos Roques, cuyos perfiles varían como las facetas de un diamante iluminado por las urgencias vitales. Muchos autores lo han interpretado, Diógenes de la Rosa, César Young Núñez, Alfredo Figueroa Navarro Aristeides Turpana, al igual que los lectores de futuras generaciones que quedarán deslumbrados ante el enigma clásico de sus ensayos cuentos y poemas. Hay cuentos magistrales como Muerte y transfiguración de Emiliano García, donde la vida literaria se hace semiosis, interpretación de interpretaciones, donde la ficción entra a la realidad y es la coartada de la vida, donde los personajes deben garantizar, la autenticidad de la vida los lectores mostrándoles una forma de eludir la muerte desde la ficción.
Esto mismo podemos decir de la vida y obra del autor , eludió la muerte con la ficción, porque tuvo el don de ser el mismo , a través de las múltiples interpretaciones, suscitada por su vida, y su obra. Por eso Roque Javier Laurenza, “saborea las contradicciones de su futura leyenda” como creador de fantasías.
Su perfil va desde un joven que vivió en los tiempos en los cuales la conversación era un arte, ejercido “con exuberancia lúdica” a los de un representante diplomático panameño que proclama en la ONU, urgido por convenciones para preservar la cultura de los pueblos como parte de la cultura universal. De ahí que su obra sea dialógica, y sus temas giren en torno al núcleo dialéctico de las contradicciones, donde la ironía , esa bienaventuranza, que comparte con el lector culto, lanza sus ataques contra la estulticia de quienes amparados por la formalidad y el poder son superficiales, ácratas , baldones, afrentas de lo humano. Desde ahí sigue dialogando. En este escenario, la intencionalidad de sus discurso solo puede tener un norte, la verdad.
También tenemos al escritor pugnaz que debate sobre la naturaleza antropológica de lo panameño, al poeta creador de sonetos clásicos, al autor de editoriales cuestionando la partidocracia; al escritor perspicaz que revela la importancia histórica de Belisario Porras, el caudillo de levita, y a su vez destaca los valores de la vida y obra de André Malraux, en un luminoso ensayo donde hace evidente su dominio sobre sobre la novela francesa. Roque Javier Laurenza entendió que la cultura como trayectoria de la vida humana, como hija de la imaginación es la última coartada contra el mal radical, la violencia y la muerte. Ahora su pensamiento crítico sigue vivo en Roque Javier Laurenza, el personaje literario creado por las interpretaciones de sus contemporáneos.
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