Lo cierto es que, centrar la corrupción publica como el principal problema del país, no es solo una idea superficial sino, una forma de huida, es acomodarse al discurso político fácil. Sobre el mito de la corrupción como causa principal de la pobreza Arteaga Correa señala que, entre los factores internos de pobreza encontramos problemas estructurales, distribución del ingreso, acceso a servicios públicos, desplazamientos, violencia, inseguridad, políticas macroeconómicas, propiedad de la tierra, educación, discriminación racial y minorías, estrechez del mercado interno, exclusión social, desigualdad en tratos, oportunidades y ejecución de derechos. El reciente estudio “La Matriz de la pobreza en Panamá” CEPAL 2020, aborda buena parte de los factores enunciados.
Pero Rubén opta por lo manejable; la superficial apariencia de una percepción políticamente correcta, aunque falsa. No le ocupa, por ejemplo, la corrupción privada, que de acuerdo con diversos estudios en América Latina es muy superior a la pública tan solo medida la evasión fiscal. Tampoco la concentración de la riqueza; que deviene en una escandalosa desigualdad en la distribución del ingreso que nos ubica entre los 20 países más desiguales del mundo.
Blades precisa que, el clientelismo, es el principal obstáculo que deberán enfrentar los candidatos independientes a la presidencia y a la Asamblea Nacional de Diputados señalando que: “Nuestro gasto en planilla pública superará los 4.000 millones anuales y el pago de subsidios será mayor de 3.500 millones, no menos de 7 mil quinientos millones de dólares dirigidos fundamentalmente a mantener al clientelismo político que sostiene a la partidocracia política.”
Le informo al compatriota que algunos de esos subsidios. como la red de oportunidades fueron impulsados por el propio Banco Mundial y el FMI como mecanismos de mitigación de la pobreza causada por las medidas de ajuste estructural que impusieron en las décadas del 80 y 90 del siglo pasado y que las mencionadas instituciones, así como la CEPAL, han reconocido que los subsidios, dígase 120 a los 70, Ángel Guardián, de apoyo escolar, al tanque de gas, al transporte público, a la energía eléctrica. han mejorado las condiciones de vida de cientos de miles de panameños. No quisiera pensar que, en su gobierno, Pablo Pueblo perdería tales beneficios de naturaleza social, dado que, él los define como de naturaleza clientelar.
Blades prevé que, de ganar un independiente la presidencia, tendría a la asamblea de diputados y a la Corte Suprema en contra, y no tendría el apoyo de los que no votaron a su favor, como entonces? se pregunta, enfrentar tales condiciones: “Eliminandolas desde el ejecutivo, -dice- tendría que considerar la utilización de todas las alternativas a su alcance, por extremos que parezcan sus argumentos, para poder cumplir con su tarea.”
El hombre que presume de sus estudios de derecho en Harvard no busca alternativas políticas en el marco constitucional, ni siquiera de reformas constitucionales sino, medidas autoritarias, un “revolcón dictatorial”
Desde la racionalidad poética, su imaginación crítica ha interpretado la realidad de forma genial, pero, desde la racionalidad política su interpretación de la realidad resulta perversa. Un poeta seducido por Bukele.
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