El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Dr. Luis De León Arias
Ex Presidente de la Asamblea Nacional de Corregimientos
Ex Presidente del Concejo Nacional de Legislación
Decano de la Facultad de Derecho de la Columbus University
Presidente de la Asociación Nacional de Juristas de Panamá (ANAJUPA)
Con la arbitraria detención del ciudadano GUSTAVO VÁSQUEZ por clamar por justicia, lo cual, en ningún Estado de Derecho constituye falta o delito, se ha vulnerado y transgredido el Orden Jurídico Constitucional, las Garantías Fundamentales consagradas en nuestra Carta Magna y los Derechos Humanos como garantías judiciales. La detención de un ciudadano que está sediento de justicia, que clama por justicia, constituye un actuar propio de los Estados con gobiernos totalitarios, anárquicos y fascistas.
En nuestro país, por primera vez para el Registro, en las páginas negras, no blancas, se transcribirá el acto de agresión judicial que generó el Magistrado OLMEDO ARROCHA quien, sin ningún asomo de duda, por la forma en que se ejecutó la detención del ciudadano GUSTAVO VASQUEZ, es evidente que participó en el iter intelectual.
Como Magistrado de la Corte Suprema de Justicia, quien incluso ostenta el segundo cargo de relevancia en representación del Poder Judicial, incurrir en violación de nuestra Constitución Nacional que dispone que los Magistrados de la República están obligados a proteger la vida, honra y bienes de los nacionales y la guarda de la constitucionalidad, constituye un acto nefasto contra la institucionalidad jurídica de la nación.
Con gritos de indignación, apegado a la Justicia, debo señalar que el Magistrado OLMEDO ARROCHA, con su actitud de “Emperador” ha mancillado el Espíritu de la República, el Cuerpo Colegiado al cual pertenece y la Administración de Justicia. Presenciar este atentado contra la Administración de Justicia debe servir de farol, de luz y señal a los ciudadanos de la República, para que se reflejen en el hecho infame que se ha cometido contra un nacional y levanten su voz, porque de reiterarse estos hechos, se atenta contra la existencia de nuestro país, se constituye en una ofensa a la memoria de nuestro próceres y es entrar en el anarquismo y el desgobierno.
“Guardar silencio, que se inmortaliza en el miedo, es cavar en vida la tumba.”
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