(Tomado de RT)
«Rusia, como hemos subrayado en repetidas ocasiones, no se fijará ni se ha fijado nunca el objetivo de destruir Ucrania como Estado», aseveró el alto diplomático. «Sin embargo, no toleraremos que se forme una dictadura rusófoba y anticristiana en nuestras fronteras», recalcó.
«Otra vertiente de la política represiva de Kiev se ha convertido en una guerra contra la Iglesia Ortodoxa Ucraniana canónica», afirmó el representante de Rusia ante la ONU. «Ucrania se encuentra al borde de un conflicto interconfesional que la Europa moderna jamás ha visto», advirtió.
«Las autoridades ucranianas, con el apoyo de sus mentores occidentales, llevan mucho tiempo en su empeño de socavar la Iglesia Ortodoxa Ucraniana canónica» en su país, denunció Nebenzia. «Ahora al pueblo se le está imponiendo, contra su voluntad, la Iglesia cismática de Ucrania, artificialmente creada en 2018 y obediente a las autoridades» de Kiev, dijo el diplomático al citar palabras del metropolitano Antoniy, de la Iglesia ucraniana canónica, quien también intervino en la reunión.
Asimismo, el diplomático ruso advirtió que Kiev ya está elaborando nuevos planes con el fin de eliminar a la Iglesia Ortodoxa Ucraniana (UPTs, por sus siglas en ruso) canónica y fortalecer las posiciones de la nueva Iglesia Ortodoxa de Ucrania (PTsU, por sus siglas en ruso), que recibió la autocefalía en 2019 y fue promovida por el entonces presidente Piotr Poroshenko.
«Sin embargo, el régimen en el poder [en Ucrania] no hace más que echar leña al fuego», dijo Nebenzia. «Según la información disponible, el régimen en el poder está preparando una serie de nuevas iniciativas encaminadas a discriminar a las comunidades y creyentes de la UPTs, despojarla de su nombre histórico y legal e incluso liquidarla por completo», afirmó.
La campaña de Kiev contra la UPTs
Desde el otoño pasado, la UPTs vive bajo una oleada de presiones por parte de las autoridades de Kiev, con registros en sus templos y monasterios por todo el país, en búsqueda de pruebas de presuntas actividades antiucranianas, además de tomas de iglesias y acusaciones de traición a la patria contra varios de sus jerarcas por su supuesta actitud prorrusa.
En total, ha habido 129 operaciones de allanamiento, según comunicó a finales de diciembre el metropolitano Antoniy. En el mismo documento denunció que la hostilidad hacia la UPTS ha sido incrementada «artificialmente» en la sociedad, mientras siguen las violaciones de los derechos de los feligreses de la rama canónica.
Reacción de la ONU a los registros en iglesias
La ONU, por su parte, ha instado a Kiev a que cumplan plenamente las normas del derecho internacional a la hora de llevar a cabo allanamientos en las instalaciones pertenecientes a la Iglesia ortodoxa.
«Solicitamos a las autoridades ucranianas que garanticen que cualquier registro de edificios [eclesiásticos] y lugares de culto se lleven a cabo en pleno cumplimiento del derecho internacional», afirmó la subsecretaria general de Derechos Humanos de la ONU, Ilze Brands Kehris, en la misma reunión.