Salud a la Isla de Cuba y a sus buenos hijos

A cinco años de la desaparición física de uno de los líderes latinoamericanos más  grandes de nuestra historia, , amigo de nuestra causa nacional por la soberanía y recuperación del Canal y amigo entrañable de Omar Torrijos Herrera, líder de nuestra causa dignificadora nacional, los panameños de bien, los patriotas istmeños, rendimos un sentido homenaje al revolucionario, patriota y al conductor del pueblo cubano por 50 años de lucha por el derecho de los cubanos a darse la forma gobierno conforme a su parecer y de conformidad con el respeto a las normas del derecho a la autodeterminación de los pueblos, recogidas en el derecho internacional.

Saludamos al pueblo cubano y les manifestamos, desde este medio, nuestra firme oposición al uso del bloqueo del EE. UU., por casi 60 años que, a pretendido rendirlos por hambre, la amenaza y el sometimiento económico y cualquier forma de injerencia extranjera que vulnere el derecho de los cubanos a resolver todas sus diferencias entre ellos, como corresponde a un país libre y escoger el sistema político que tengan a bien, siempre y cuando corresponda a la voluntad de su pueblo.

Los que estamos sometidos por el dictado y la cada vez más evidente y creciente ocupación imperial, sabemos por experiencia propia, el valor de la libertad, la conciencia de su ausencia y las consecuencias funestas que trae aparejada la genuflexión de quienes desde el patio les sirven. Sabemos también que nuestra democracia, como es de apariencia y nuestras instituciones están enfermas y en estado catatónico por causa del cáncer de la corrupción generalizada, el pensamiento y el testimonio de lucha de Fidel y del pueblo cubano, son aliento en medio de las batallas que, por nuestra dignidad y democracia real, se libran en nuestras patrias latinoamericanas.

Que Jesucristo, el Dios Justo y Eterno, bendiga a ese hermano pueblo que muy limitado materialmente, no se mide cuando se trata de dar a la humanidad de su acendrado amor y solidaridad. Los panameños tenemos vivos en nuestras memorias, el testimonio de quienes arriesgaron sus vidas para venir a salvar a muchos compatriotas en el peor momento de la pandemia.

¡Amor con Amor se paga!

¡Así de sencilla es la cosa!

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