Victoriano Rodríguez Santos
Dando continuidad a los artículos publicados, queda debidamente demostrado, mediante el indicador mortalidad infantil (como marcador específico del grado de desarrollo de las condiciones de vida de una población), EL DETERIORO Y REGRESIÓN en salud, que han impuesto los gobiernos al planificar y desarrollar un Modelo “Curativo”, descuidando el preventivo.Las estadísticas indican que el gobierno revolucionario, bajo la jefatura de Omar Torrijos Herrera, logró sembrar las bases para disminuir la tasa de mortalidad infantil de 40.0 a 17.7 con un alcance de hasta 12.8 muertes por cada 1,000 nacidos vivos hasta el 2008, mientras los gobiernos siguientes, entre el 2009 al 2019, con la implementación del modelo al curativo, aumentaron la tasa a 17.2 muertes por cada 1,000 nacimientos vivos.
Importante resaltar que con la reversión del Canal -y la activación de otras actividades económicas- los presupuestos asignados para el Sistema de Salud se incrementarían notablemente, por consiguiente, debíamos esperar mejores condiciones de vida y una población más sana. Esta premisa no se evidencia, ya que todo depende de quien dirija el País, su visión de estadista o politiquero y las inversiones que realicen en el sistema.
Se había planteado, como impacto efectivo, disminuir el indicador utilizado, por ende, mejorar las condiciones de vida -íntimamente relacionado con el aumento de las instalaciones del primer nivel de atención-, así como de las actividades de promoción y servicios de prevención que deben desarrollarse en dichas instalaciones.
No obstante, durante el periodo 2009/2019 ocurrió todo lo contrario, situación que se refleja en el siguiente cuadro.
Existen MINSA/CAPSI construidos y hasta equipados, pero inconclusos sea por falta de vías de acceso, electricidad o personal, entre los que pudieran mencionarse el Tigre de Los Amarillos, en Soná, Veraguas, el de Guna Nega en Mañanitas de Chepo y el Hospital Rural Materno Infantil de Tambo, en Penonomé, Coclé, situación que debe poner en alerta al Ministerio de Salud y al gobierno en general. “Díganme lo malo, que lo bueno ya lo sé” Omar.
Nuestros gobiernos se caracterizan por no brindar seguimiento a los proyectos ni mantenimiento a estas infraestructuras, por lo que gran parte de las construcciones -en el país- se convierten en no funcionales y se han deteriorado. Otras, al parecer, solo sirvieron para negociaciones de coimas con empresas que se prestaron para estas actividades delictivas, contra el patrimonio estatal. ¡Donde hay corruptos, hay corruptores!
El objetivo de estas instalaciones estaba dirigido a favorecer la atención de la población más alejada con problemas no solo de acceso geográfico, también de acceso económico y cultural.
Otro aspecto por considerar, con relación a este tipo de instalación, son los costos de construcción, equipamiento, mano de obra y recurso humano necesario, considerablemente más bajos que en el caso de instalaciones de mayor complejidad tales como hospitales e instalaciones grandes y complejas, la diferencia está en que en las grandes, las posibilidades de negociado son mayores, pero la población se ve doblemente afectada.
Expertos en materia de salud consideran que la inversión estimada, necesaria para una instalación de: un Centro de Salud sería de: B/.1,650,000., un Subcentros de Salud: B/.675,000. y un Puesto de Salud: B/.150,000.
En conclusión la inversión en desarrollar las instalaciones de la red primaria de atención, a pesar de costos factibles tanto en construcción como en asignación de personal, insumos y equipamiento no son considerados dentro de los presupuestos de estos gobiernos porque no representan sumas considerables para la rapiña de los funcionarios y empresas involucradas. Dios te salve, Panamá.
Ciudadano humanista y patriota
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