El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Por: Víctor Collado
Sin restarle importancia al hecho que se haya despejado la incógnita sobre el nuevo Director General de la Caja de Seguro Social, la designación es absolutamente compatible con el carácter proempresarial del gobierno y por la pretensiones de las fuerzas económicas que lo sustentan. Por esto, la escogencia de sorpresa tiene poco o nada.
En lo que sigue no preveo ninguna posibilidad que la AN no termine de cerrar el círculo con la confirmación del Lic. Mon en esa posición.
Aunque no han escaseado los que han salido a dar gritos de alarma, con exageración, ingenuidad o impremeditación, lo lógico sería deducir que, sin descartar lo negativo de la selección, debe tenerse presente que el nombramiento, no significa, por una simple y aritmética deducción, que todo cuanto haya expresado el sr Mon y lo que se pretenda con su designación, es lo que se ejecutara a pie juntillas a partir del 1o de octubre, fecha de su toma de posesión
Del dicho al hecho hay mucho trecho tiene que ser, en estas circunstancias, algo más que una frase trichada y fácil de balbucear.
Si se lo permitimos, el próximo Dir. Gral hará hasta de lo que no habló contando su confesada profesión de capellán de las cuentas individuales.
Lo que ocurra desde la dirección ejecutiva de la CSS también dependerá de lo qué hagan o dejen de hacer las fuerzas que, en la acera contraria, se mantienen sosteniendo una seguridad social universal y solidaria.
Pero los que apoyan el sistema de pensiones solidarias, deben empezar por teorizar menos a cambio de pensar más en lo que debe hacerse en términos de acción más que reacción. No es renunciar a la teoría, lo que es imposible concebirlo. Pero en el contexto de un Pmá. como el nuestro, donde apremian las fuerzas políticas y la influencia de los actores socio-económicos suele ser incisiva, es vital ser puntual en la exposición del tema y en la defensa del argumento en el escenario correspondiente.
Los planes privatizadores de los que el sr Mon es el abanderado en turno, impone repensar en los recursos que se tienen a disposición para sostener lo contrario y contraproponer.
En un terreno, los trabajadores (públicos y privados y los profesionales de la salud, jubilados y otros, son integrantes de la JD que legalmente es la máxima autoridad de la Institución. Puede el Dir. Gral suplantarla? Puede desconocerla? Quién debe establecer las políticas institucionales, la JD o el Dir? Debe o no reformarse, ahora más que antes, el esquema de gobierno de la Ley 51?
En otro terreno, cómo construir un frente de lucha y resistencia que impida eliminar el sistema solidario de pensiones? Cómo desplazar el protagonismo individualista y sectario a cambio de una dirección colegiada y democrática? Y cómo llevar la UNIDAD de los que abanderan salvar a la CSS, al mundo de las realidades liberándola de los discursos agitadores?
Qué amenaza mayor de la que ya existe se requerirá para adelantar todo lo que ha dicho y cabe agregar, empezando desde ayer?
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