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Señores Homosexuales:

Este atinado artículo, se publicó hace 14 años atrás pero, por su vigencia, lo publicamos hoy.

Geraldine Emiliani

 

¿Ustedes en qué país viven? Yo les voy a decir en qué país vivimos. Vivimos en el país de la chabacanería, el país en el que quien más grita, ofende y arremete ‘ese es el papacito’, ‘ese es el que tiene la razón’, ‘ese es el que más sabe’, ‘el de los pantalones’, ‘el ganador’; y, esto no tiene que ver con si eres homosexual o heterosexual, si tienes o no dinero, o cuantos diplomas tengas, si crees en un Dios o no, si eres blanco, negro, amarillo o indígena, si eres papá, mamá o hijo, si eres educador, ni qué jerarquía tengas en una institución pública, en el gobierno, o en la empresa privada, ni a qué partido político pertenezcas;  aquí el sexo se desviste y se vende como y cuando se quiere, aquí más que discriminación por la preferencia sexual, impera el libertinaje y el atropello sexual tanto de los heterosexuales como de los homosexuales; aquí mientras más consumes alcohol más hombre y mujer eres; aquí ni siquiera se respeta a las personas con discapacidad.   En fin, vivimos en un país paralizado en educación, justicia y familia.

Fíjense, pareciera que el panameño tuviera dentro de sí ‘el prurito de la venganza’ que cuando le ha de molestar algo corre y empieza a gritar, a ofender, a maldecir, a manotear, a expresarse con palabras obscenas, a irse a los puños. Este el país de ‘todos contra todos’.  Definitivamente hay sus excepciones pero, las muy pocas.

Ustedes, con esta ley que busca penalizar a todo aquel que los ofenda y agreda, están retando y acosando a toda una sociedad que no está preparada para que le coarten su libertad de ideas y expresión.   Esto es sumamente peligroso, porque va en contra del comportamiento humano.  Todo tipo de expresión se va a manifestar de forma negativa o positiva, porque se trata de una facultad humana.

Ustedes generalizan cuando dicen que los panameños los ofenden o agreden; y si esto es así, deben ustedes procurar no exhibirse con gestos y expresiones corporales y verbales impropias e incorrectas ante la sociedad en detrimento de los principios morales y la dignidad del ser humano.   Y, si ustedes exigen respeto por medio de una ley, igualmente los heterosexuales debemos exigir una ley que nos proteja de sus impertinencias. Lo que están creando con esta ley es la división entre los homosexuales y los heterosexuales.

No estoy de acuerdo en que programas de televisión se den a la tarea de jugar con los sentimientos de los homosexuales y de otros grupos vulnerables de nuestra sociedad, en este contexto se debe autorregular estas aberraciones; así como, se debe promover una cultura de tolerancia hacia toda persona, así sea por su preferencia sexual.

Tengo amistades, hombres y mujeres, homosexuales que viven en pareja, gente respetable, educadísimas; viven su vida sin meterse con nadie; en fin, personas como tú y yo, cuya única diferencia está en su inclinación sexual; y, no andan por allí buscando una ley que los proteja. Ellos saben protegerse por sí solos, porque saben en qué país viven.

La alegría, la nobleza, la generosidad, así como la ofensa, la agresión y la violencia son conductas propias del ser humano por su naturaleza y depende del estado de ánimo de la persona para expresarlas ante quien le dé la gana; y tú no puedes con una ley coartar las manifestaciones conductuales inherentes o propias en el ser humano por capricho.

La vida social polifacética del ser humano se orienta en diferentes reacciones y cada uno escoge el ‘valor’ que más se corresponde a sus inclinaciones, hábitos, aptitudes y expresiones en lo económico, político, estético, moral, científico, religioso y sexual.   El sujeto los busca, los selecciona e integra su vida alrededor de ellos. ¿Cómo negárselos? La actitud supone una predisposición para formar opiniones, puntos de vista o visión de la vida e influye en la manera de pensar del individuo sobre los distintos asuntos que se reflejan en su conducta.

Cuando no se está de acuerdo con algo uno debe expresarlo.   Hay quienes lo hacen de manera respetuosa, otros no.   Hay quienes son tolerantes, otros no. En otras palabras, es parte de la conducta del ser humano.

Esta ley que ustedes promueven también debe prever si la persona que ofende actuó de esa manera debido a que la persona ofendida tuvo un comportamiento provocativo y fuera de lugar.

Según la ONU, ¡setenta y ocho países criminalizan la homosexualidad!, esto es sumamente grave y es un mensaje claro y directo de que las políticas usadas hasta ahora en beneficio de los homosexuales no están funcionando y se debe recurrir a otros mecanismos para protegerlos, pero jamás con leyes que fomenten la división entre heterosexuales y homosexuales; y menos que genere la desunión y discordia entre panameños.

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