Por Gonzalo Delgado Quintero
Ante la presión social lo primero que se les ha ocurrido a los del poder político y económico es reducir el 10 por ciento de la planilla. Eso es simplemente perder las perspectivas e incumplir con el sagrado precepto constitucional de que el Estado debe garantizar empleos. Además, esa medida es exactamente contraria a las reclamaciones de los miles de manifestantes que están en las calles, es añadir un argumento más a las protestas. Precisamente sería querer apagar el fuego con una manguera de gasolina.Absolutamente nada se logrará con estas medidas. Lo único será que se estarán incorporando 27 mil personas más a la legión de desempleados que habían quedado cesantes, en su mayoría despedidas injustamente por los empresarios. Ahora resulta que la solución será botar a la gente para complacer las peticiones de la clase empresarial incapaz de ayudar; además de ser la principal gestora del la actual crisis social. Y además están pidiendo que le quiten el bono solidario a quienes lo reciben y que ese dinero se lo den a ellos.
Las verdaderas medidas que debe tomar el gobierno son, imponer la regulación de precios en todos los productos, retornar a ser un Estado benefactor productivo y que la empresa privada se obligue ser más competitiva a partir de eficiencia y calidad en la elaboración de los productos y no del desmejoramiento tendiente al proteccionismo de la mala competencia que deteriora la consecución de bienes y servicios.
El Estado le dio miles de millones al sector empresarial hace más de un año (abril de 2021), estos ya deben rendir cuentas y retornar los dineros prestados, para que inicie una mejor redistribución de esa plata a través del reparto más consistente por ejemplo, para la micro empresa y los pequeños comerciantes y productores.
El país ha evidenciado un crecimiento económico, eso quiere decir entonces, que los empresarios pueden pagar el impuesto sobre las rentas adeudados y los corrientes; que paguen los demás impuestos con las facilidades que aún se mantienen, suspender de inmediato la condonación de multas y sanciones por razones de obligaciones no cumplidas; no extender más las condiciones excepcionales para trámite de deudas para los empresarios así como los bancos hicieron con el pueblo; que se acaben las exenciones tributarias, que paguen las cuotas obrero – empleador a la Caja de Seguro Social, sin condonación de deudas a nadie y no más subsidios multimillonarios para la clase empresarial.
Finalmente, el gobierno de cobrar un centavo por cada dólar de utilidad a cada transacción que se haga en la Zona Libre de Colón, al Sistema Bancario Nacional e Internacional, puertos, minería, turismo, a la actividad de las comunicaciones y eso incluiría al Canal de Panamá. Ese centavo serviría para subsanar en su totalidad el déficit del Programa de Invalidez, Vejez y Muerte, un aumento general inmediato, crear más de 500 mil plazas de empleo en el siguiente año, no botar a nadie y reactivar la economía de un solo tajo. Sumen lo que están percibiendo los del sector económico en esos puntos mencionados y ya verán el poder de esos centavos y porque lo digo. En el caso del Canal, también restarle el 10 por ciento del salario a cada uno de los directivos y funcionarios que ganen más de 3,000 balboas para compensar la rebaja del combustible, esta medida puede ser extendida a otras instituciones con los funcionarios de altos salarios y dejar tranquilos a los de a pie.
El autor es periodista y escritor
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