Por: Pedro Rivera
El transitismo excluyente, ¡excluyente repito!, crea riqueza, sí, mucha riqueza, pero la concentra en pocas manos, y en consecuencia expande la pobreza y las desigualdades sociales.
El transitismo incluyente, ¡incluyente!, tal como se pensó en algún momento, al integrar el Canal y las áreas revertidas a la república de Panamá, con apego a la idea del uso más colectivo posible, priorizaría la inversión en polos de desarrollo agroindustriales a lo largo y ancho de la república, elevaría el nivel psicosociocultural de los marginados urbanos, e incluiría a los excluidos de las comarcas sin agredir lo esencial de su cultura.
Un sector de nuestra generación se tomó en serio esta propuesta y luchó por y para ello.
La loca idea de transitar del desarrollo económico al desarrollo humano se convirtió en llamarada de capullo.
5 Hay varios Likes:) Gracias...