Por: Pedro Pineda González
En América, el concepto pensamiento ha sido suscrito para señalar y nombrar situaciones ligadas a toda manifestación y percepción, que desde nuestra cosmovisión o “weltanschuung” se ha dado, determinada por las ideologías.
En la perspectiva panameña, especialmente, en la visión de Ricaurte Soler este concepto adquiere un cariz distinto; lo que permite, al maestro, la posibilidad de proyectar una forma de hacer teoría e historia de las ideas del Panamá y América con un nivel de peculiaridad y originalidad que hoy, en las propuestas de la filosofía práctica panameña, vale la pena recuperar.
Es así, como Ricaurte Soler en sus inicios, concibe en su tesis de grado, denominada Pensamiento Panameño y Concepción de la Nacionalidad en el XIX, un concepto “pensamiento” con un sesgo voluntarista e historicista. Esto es así, puesto que la moda de América y Panamá tenía como norte el que se reconociera su esencialidad, más que sus logros teóricos. Estos, son los casos de los trabajos que en México tienen como pionero a Fidel Ramos y en Panamá a Diego Domínguez Caballero con el problema de la mexicanidad y la panameñidad, respectivamente.
Sin embargo, en 1959 Ricaurte Soler propone un concepto “pensamiento” ligado especialmente al Positivismo Argentino y a un historicismo, esencialmente, sociológico intrincado en las raíces históricas e identidades nacionales; procurando, desligarse de cualquier atisbo o tara relativista, al precisar como el concepto antes aludido, señala manifestaciones y apreciaciones con originalidad de la realidad estudiada. Soler, los suscribe de la siguiente manera:” que el pensamiento es una especie relativamente autónoma del conocimiento; lo que no se puede pasar por alto, cuando se trata de estudiar los materiales ideológicos desde una perspectiva sociológica y filosófica. Esta aserción se hace patente cuando se estudia la historia del pensamiento de Nuestra América en general, y la historia del pensamiento argentino en particular, así como también el panameño”. (El Positivismo Argentino, El Subrayado es Nuestro).
Esta percepción soleriana, resulta pertinente en nuestra propuesta de una filosofía práctica; que aún, cuando debe ser universalista en concepciones y logros, puede recrear ámbitos teóricos de nuestra particularidad para, posteriormente, universalizar.
Desde esta perspectiva la filosofía del derecho, la filosofía de la educación; así como la filosofía política y otras propuestas, tienen mucho que ofrecernos.
Proponemos, entonces, una clasificación de las vertientes fundamentales de la filosofía práctica panameña.
- El ius Naturalismo moderno-colonial (Filosofía del Derecho Natural); cuyo centro de interés lo construye el problema de los derechos del indígena y del negro en América. Expresiones teóricas – conceptuales de esta corriente la tenemos en Manuel Joseph de Ayala “el más distinguido jurista indiano” y otros.
- Filosofía del Derecho Constitucional que organiza el Estado panameño en el siglo XIX (el denominado Panamá Colombiano), a través de un modelo liberal vs conservador y que en el siglo XX, con otras variantes, seguirán el ejemplo de Justo Arosemena, José D. Moscote, Cesar Quintero, Materno Vásquez; entre otros.
- Filosofía Moral representada por Justo Arosemena, quien sienta las bases de vertientes éticas adscritas al pragmatismo, instrumentalismo y utilitarismo.
- Filosofía política herencia de la influencia inglesa y francesa como Jhon Locke, Juan Jacobo Rousseau, Montesquiu, Jeremías Benthan y Stuart Mill; éste último, quien con su ensayo sobre la Libertad; constituye la versión más positiva de organización del Estado nacional democrático y en Panamá resultan seguidores como; J. D. Moscote, Ricardo J. Alfaro, Carlos Bolívar Pedrechi; entre otros.
- Filosofía de la Educación representada por Manuel José Hurtado, Duncan, José Daniel crespo, Guillermo Andreve, José Dolores Moscote, Octavio Méndez Pereira y otros.
- Filosofía de la cultura representada por Guillermo Andreve, Ricardo Miró, Darío Herrera, Rafael Moscote, Moises Chong, Reyna Torres de Araúz, Jiovana Benedetti, Rodrigo Miró y los hermanos Nils y Guillermo Castro.
- Filosofía del Folklore, representada por Narciso Garay, Ricardo Fábrega, los esposos Zárate, Julio Arosemena y en el ámbito de lo autóctono a Franco Poveda con su misa típica y Antonio de la Cruz Rudas con su énfasis en la mejoranera, como nuestro instrumento.
- La filosofía Marxista, representada por Domingo H. Turner, Diogenes de la Rosa, Humberto Ricord, Nestor Porcell, César de León y en el momento actual Olmedo Beluche en su vertiente tronquista y Miguel Angel Candanedo en su proyección nacionalista.
- A parte de todo lo anterior, ¿qué es lo inconcluso?, aún sugerimos una lectura renovadora de las propuestas de la filosofía práctica del porrismo, arnulfismo y torrijismo; en relación con estas tres vertientes se implican conceptos, teorías y prácticas que, en la perspectiva soleriana, configuran la naturaleza del pensamiento filosófico y político panameño.