El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Por: Eduardo A. Reyes Vargas
“Conjunto de personas de un mismo origen étnico que comparten vínculos históricos, culturales, religiosos, etc., tienen conciencia de pertenecer a un mismo pueblo o comunidad, y generalmente hablan el mismo idioma y comparten un territorio.
Comunidad social con una organización política común y un territorio y órganos de gobierno propios, que es soberana e independiente políticamente de otras comunidades”.
Son dos conceptos de lo que llamamos Nación.
Comunidad social con una organización política común y un territorio y órganos de gobierno propios que es soberana e independiente políticamente de otras comunidades. Es un concepto que define País.
Con esos dos conceptos inicio mi reflexión que se adentra en lo más profundo de mí pensar.
El concepto de soberanía o independencia es el elemento que me hace dudar si somos país o nación
Reconozco que después de la independencia de España, ya rumbo a los 200 años, nuestra separación de Colombia nace con un marcado apoyo extranjero que no ha cesado desde esas fechas de l903.
El apoyo de las autoridades de Estados Unidos de aquél entonces revelaban lo que siempre es prioritario en sus relaciones exteriores, su interés ante todo.
El poseer el Canal como lo hicieron hasta devolverlo a Panamá, bajo los Tratados Torrijos -Carter, selló en el tiempo su verdadera intención de forzar esa separación de Colombia.
Quizás es la razón de su tutoría injerencista desde entonces.
La injerencia de Usa en Panamá ha oscilado en intensidad desde invasiones pequeñas hasta la nunca sustentada de Diciembre de l989.
Quedó claro que esa invasión solo buscaba acrecentar su influencia e intromisión en Panamá.
Después de l989, se han firmado múltiples acuerdos y convenios que respaldan y legalizan la interferencia.
Por eso me hago esa pregunta: ¿Somos nación o país?
Reconozco que nuestros gobiernos siempre han estado atados al poder de Los Estados Unidos y es poco lo que han podido hacer para perfeccionar la independencia, tarea que parece quimérica en ocasiones.
Torrijos hizo un intento en esa dirección. Luego todo revirtió a la genuflexión.
El pueblo norteamericano posee millones de ciudadanos con gran nobleza y nuestro rechazo a esas políticas de intrusión se dirige a los diferentes gobiernos de Estados Unidos que han desarrollado esa conducta.
USA tiene ciudadanos amantes de la libertad y de los derechos de las naciones a su libre autodeterminación, como ellos mismos lo son.
Las bases y valores de su independencia son ejemplos del respeto entre naciones y pueblos.
Panamá en este mes de Noviembre celebra con cantos, lecturas, desfiles, honores, trajes típicos, y otros actos el agradecimiento a esas luchas emancipadoras con resultados aún imperfectos.
Luego de ello el pueblo se hunde y olvida el compromiso real de edificar un verdadero país o nación que aún, a mi juicio, no hemos alcanzado. Se entra en una permanente y colectiva neblina mental.
Servir a la patria es algo más que esos actos protocolares, muchas veces superficiales y sin ningún efecto real, salvo días de asueto.
Nuestra juventud que encabeza la mayoría de esas manifestaciones de Patria, carece de sólida formación cívica. Tal es así que desconocen en ocasiones que celebran y por que desfilan.
Un pueblo que desea ser respetado y escuchado debe estar conformado por ciudadanos honestos ,servidores reales a su pueblo, defensores a carta cabal de una soberanía por perfeccionarse, repudiar la corrupción y otras conductas amorales que ejercen algunos gobernantes y ciudadanos de otros sectores.
No es una bandera que se iza. No es un entonar a veces frío, tatareado o robotizado un himno nacional. No es un desfile que muchas veces compite con actos circenses. No es declamar una poesía patriótica o escuchar a Rubén Blades cantar Patria. Mucho menos es la ocasión para embriagarnos hasta la saciedad en el licor y provocar luto en esos días.
Eso no es hacer un país o nación. Es mucho más.
Es decir con respeto a nuestros tutores. “Somos amigos leales por siglos. No nos traten así”. Es no temer a que por ser sincero me impidan ir a su país.
Ojalá cada gobierno de Estados unidos y de Panamá, en el devenir, con sus pueblos entrelazados logremos ser realmente soberanos y verdaderos amigos.
Es un compromiso más profundo el que debemos tener todos los panameños para que realmente sintamos de verdad que somos nación o país.
Reflexión en este mes y en un real contexto histórico.
Tema de debate.
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