El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Victoriano Rodríguez Santos
Un tema de suma importancia que todo Contralor y Sub Contralor General de la República debe saber, es que en las instituciones del Estado se tiene que rendir cuentas. (Capítulo II Artículos del 17 al 24 de la Ley 32 Orgánica de la Contraloría General de la República).
Ni pasados 10 años ni cuando les venga en ganas. Si la Rendición de Cuentas no se hace, tiene consecuencias, a fin de evitar lo que le fue criticado, en la Asamblea, a la rectora de la Universidad Autónoma de Chiriquí (UNACHI) y al IFARHU, pero que pudieran correr la misma suerte mucha otras instituciones o ministerios, tales como: la Lotería y el Banco Nacional.
Por qué no mencionar la Dirección General de Ingresos (DGI), la situación de los Corredores Norte y Sur, la Autoridad del Tránsito y Transporte Terrestre (ATTT) y el hilo continúa. Quizás por la falta de rendición de Cuentas o la falta de auditorías confiables de la Contraloría General, sucedió lo conocido en muchas juntas comunales y alcaldías.
El Contralor es más que una figura pública, tiene que ser una persona decente, docente y consciente, honesta y aguerrida. Debe tener carácter, dispuesta a luchar contra la corrupción, independientemente de quién lo nombró, quién dirige el país o quiénes son sus amigos o parientes.
El paño tibio es para enfermedades pasajeras, aquí las arcas públicas ya están muertas y sepultadas, inclusive con lápida incluida, producto de la corrupción galopante en casi todos los niveles.
Esa es la principal razón para escoger un Contralor funcional, comprometido con la población, no con la Sociedades Anónimas.
Ahora, la escogencia depende de que los diputados tengan y sientan conciencia ciudadana, de lo contrario, haciendo lo mismo obtendremos los mismos resultados, dejar hacer, dejar pasar.
Señores diputados, comprendan por qué casi todos son nuevos y no reelectos, el pueblo hablo, alto y claro. A votar como la población espera lo hagan. Ni un despilfarro más. Dios te salve, Panamá.
Economista, educador, humanista.
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