Por Ramiro Guerra. Jurista y cientista político.
Desde que el sr. Laurentino Cortizo, ascendió a la presidencia, escribí varios artículos, donde criticaba el distanciamiento de su gobierno con relación al pueblo y a los sectores populares. Igual señalé que, la conducción u orientación de la economía, nos iba a salir muy caro.
Todo lo anterior lo resumía, que resultaba necesario un cambio en la conducción de la nave de la nación. Teníamos una economía y los que la dirigían, lo hacían pensando, que todo caminaba bien.
Igual señalé de que nos sirve el PIB (producto interno bruto), volando por las nubes, si las finanzas del estado, su tendencia era a una baja de las recaudaciones fiscales.
El nivel de endeudamiento crecía enormemente. Esto último llevó al gobierno al síndrome de pedir dinero prestado para pagar.
El refinanciamiento de deuda, es un círculo vicioso que hace de la deuda algo imposible de pagar.
Razón tienen algunos académicos de la ciencia económicas, que por el hecho de tener un sistema tributario regresivo, la deuda externa se constituye en un subsidio al sector privado de la economía.
Con tanto dinero pedido a la banca privada internacional, se pudo avanzar en desarrollo sostenible y no fue así.
La ausencia de una estrategia de desarrollo sostenible e integral, el principal déficit del gobierno. Como lo señalé en uno de los artículos de opinión, el gobierno y el presidente, estuvo lejos de una comprensión objetiva de la realidad.
Se hicieron de una realidad virtual que no tenía nada que ver con los procesos reales que ocurrían en la sociedad y la percepción negativa que se tenía de la gestión de gobierno.
Cortizo dió curso a una forma de gobernabilidad, extremadamente centralista. Nada de participación ciudadana.
Los que observamos y le damo seguimiento al curso político-social y económico del país, en varias ocasiones escribí que, caminábamos a situaciones complejas de crisis. Sin embargo, el presidente Cortizo, no oía, no veía y peor, creyó en sus mentiras de que todo iba bien.
Usar la crisis de la pandemia covid 19, para justificar el desastre, desaciertos en el manejo de la economía y las finanzas, obnubiló una clara visión de hacia donde dirigir el barco de la nación.
Todos los escenarios arriba descritos apuntaban hacia una explosión social. Nada de sorpresa. En la ciencia política, se usa el concepto de catarsis y prognosis. La ciencia política, como ciencia tiene ese poder de orillar el horizonte y hasta cierto grado, predecir acontecimientos.
Ocurrió, el fósforo encendió la mecha que hizo estallar la crisis de los últimos meses. Y en efecto, la terquedad y la insensatez, de imponer un contrato con First Quantum, antinacional, que violaba la soberanía y atentaba contra los derechos humanos, fue lo que hizo estallar la bomba social.
El gobierno quedó como rehén de palacio; aislado de la sociedad y un pobre capital social.
Sintetizando, nunca llegó el golpe de timón; peor se creyeron sus propias mentiras. Hasta el propio partido que le sirvió como plataforma de la candidatura de Cortizo, fue apartado. El ex secretario general del PRD, el lic. Pedro González, ha dado testimonio de ese proceso hacia un retroceso.
El torrijismo fue enviado al exilio de un frízer o de algún congelador en el palacio de las garzas.
El gobierno, cero capacidad de autocrítica. Siguen creyendo que todo lo han hecho bien. La nación entera se volcó a las calles a protestar. Y a pesar de ello, algunos de esos flamantes asesores, tuvo la osadía de decir, que el pueblo estuvo equivocado.
Este análisis de lo que ha sido el gobierno de Cortizo y la coyuntura reciente nos ponen de manifiesto que el año 2024, será complicado. Vendrán políticas para diezmar aún más las condiciones existenciales de los panameños .
12-12-2023