Un gobierno de carácter requiere un contralor con carácter

Victoriano Rodríguez Santos

 

Los niveles de corrupción a que ha llegado el país, es escalofriante, son tan grandes que cualquier jardín de rosas se marchitarían solamente con el pasar de estos individuos.

Con el gobierno anterior, se rompieron las medianas. Se pudieron haber  dilapidado unos 300 millones de balboas, en presuntas partidas discrecionales y se han retirado sin explicación alguna.

Otros limitaron pagos a tal grado que los asegurados no eran atendidos en la Caja de Seguro Social, porque, aun cuando les descontaban, no pagaban al Seguro, situación que debe ser investigada y la ley aplicada, independientemente el cargo que hoy pudieran ostentar. Se jugó con la salud y la vida de esos funcionarios.

La cosa no puede quedar ahí presidente Mulino, hay que hacer investigaciones serias, objetivas, dinámicas y caiga quien caiga. No puede haber perdón, condolencias, impunidad ni inmunidad para quienes abusaron de su poder.

El cuestionamiento que están haciendo los diputados, principalmente los nuevos, a la rectora de la Universidad Autónoma de Chiriquí (UNACHI) son valederos e implica una investigación por parte de la Contraloría, de por lo menos los últimos 10 años, y conocer si en algún momento hizo rendición de cuentas, cual mandata la Ley 32 Orgánica de la Contraloría (capítulo II).

No conforme, investigar todos y cada uno de los títulos otorgados, hacer lo conducente con aquellos posibles títulos políticos y la sanción, pecuniaria, si fuere posible a quien lo otorgó, publicando obviamente los títulos mal habidos, si fuere el caso.

La ley da impunidad a los diputados en su accionar dentro del hemiciclo legislativo. La pregunta es si ¿la inmunidad se convierte en impunidad? y si ¿la inmunidad abarca a toda la familia, momento o lugar?

Hay muchos señalamientos de actos de corrupción pero las cárceles esperan ansiosas investigaciones y sentencias en firme. Que se haga justicia salvo que la misma sea solamente para el hijo de Juana, el hijo de la cocinera.

Se requiere de un Procurador General que no tenga compromisos políticos, ataduras, ni ventajas económicas de ninguna naturaleza, igual un Contralor General independiente a intereses políticos o sociedades anónimas. Que ordene auditorias efectivas de acuerdo a las normas y procedimientos.

Tanto el Ejecutivo como Legislativo y el Judicial, apoyados hasta donde sea posible por la Contraloría General, tienen que salvaguardar a éste país de las alimañas que usurpando cargos públicos o políticos, de empresas o consorcios.

Se han enriquecido dejando las comunidades sin carreteras, puentes, escuelas, medicamentos, hospitales en abandono o inaugurándolos incompletos. Esto debe ser investigado y sancionado como crimen de lesa Patria.

Por eso y mucho más: Un gobierno de carácter requiere un contralor con carácter. Dios te salve Panamá.

Economista, educador, humanista.

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