Otravez lo escribo, la crisis es muy profunda y se van a equivocar los que piensan que los problemas, se resolverán con métodos antidemocráticos, represión contra el pueblo y las organizaciones populares.
El próximo presidente, de apelar a la fuerza, a la violencia policíaca, como recurso para callar el disenso, no tengo la menor duda, agravará aún más la situación que enfrenta el país y a los panameños.
El próximo presidente, no puede llegar al poder, pensando que su mandato se debe a factores de poder. Sería fatal para la gobernabilidad.
Yo soy el presidente y por eso yo mando, es propio de gobiernos autoritarios y antidemocráticos.
Siempre he dicho, cuando se vota para elegir a un nuevo gobierno, no significa que se renuncia a fiscalizar el desempeño de los gobernantes.
Reitero nuevamente, la crisis es aguda y se va a requerir el esfuerzo de todos para salir adelante.
En pocas palabras, las salidas a la crisis, tienen que ser por medios democráticos. Priorizando la consulta ciudadana, el diálogo social y el consenso.
El estado, desde el gobierno, tendrá que priorizar que su norte, es el interés general de la sociedad. El bien común, el respeto a los derechos humanos. Es decir, garantizar políticas que apunten hacia un antropocentrismo garantista.
Estaremos en un escenario, del ser o deber ser. La paradoja de salir del atolladero o hundirnos más en el terreno pantanoso de la crisis.
Si no lo sabe el próximo gobierno, aprender que el disenso democrático es piedra angular de la vida en democracia. Lo contrario, llevaría al país a mayores zozobras y angustias que, pueden y es conveniente ser evitadas.
Entender que, los procedimientos de democracia, para salir de situaciones complicadas, pasan por la consulta y los diálogos.
Gobernar, con métodos antidemocráticos, ocurrirá, que el remedio es peor que la enfermedad.