Por: José Dídimo Escobar Samaniego
Diputada Zulay Rodríguez Lu, ha impetrado una grave denuncia sobre la Administración de Justicia
En el día de ayer, la diputada Zulay Rodríguez Lu, señalaba en el periodo de incidencias que, la justicia panameña anda por los suelos que, es común ver a magistrados de la Corte Suprema visitando a jueces inferiores para que tuerzan fallos, los retengan, etc.Esta grave denuncia no puede quedar en el basurero del olvido, porque efectivamente los magistrados de la Corte tienen la principal responsabilidad de crear las condiciones para la restitución de la función judicial adscrita al Estado en virtud del artículo 201 y siguientes de la Constitución Política vigente.
Un hecho reciente convalida la denuncia de la Diputada Rodríguez Lu, cuando el lunes 10 de Julio pasado, un magistrado de Corte Suprema, de la Sala Civil que, nos reservamos el nombre, convocó a su despacho, a un juez civil de circuito, hecho que puede confirmarse con los videos a disposición de ese lugar y testigos que por casualidad estaban en el lugar, que se sorprendieron al ver al juez entrar al despacho del magistrado. ¿Acaso tendrá el magistrado algún caso en el que tenga interés particular en el despacho de ese juez de circuito?
El valor de la Justicia en nuestra sociedad.
Es inestimable el valor de la justicia en nuestra sociedad, ya que la misma hace tránsito al sosiego y paz social de los asociados.
Siempre hemos defendido la necesidad de la independencia judicial, pero es el caso que, en algunos ocasiones los ataques no provienen de otros Órganos, sino que, quienes deprecian el prestigio y el decoro que debe adornar la administración de justicia, son los mismos magistrados con sus prácticas al margen de toda ética.
La Situación de la Corte Suprema en la actualidad no dista mucho de la aseveración que en décadas pasadas un extraordinario jurisconsulto como lo fue Camilo O. Pérez definía a la Corte suprema como “un potrero lleno de garrapatas”.
Es necesario que la Corte, en general, haga esfuerzo para reivindicar y recuperar el prestigio necesario que se requiere para un Organismo que le corresponde, por sus fallos, restablecer la paz a través de una recta administración de Justicia de los litigios que se someten a judicialización.
La falta de justicia es la causa inequívoca por la que vivimos con los altos niveles de violencia, que generan angustia, falta de paz y sosiego, eso que tanto añoramos para podernos adentrar a lograr el desarrollo económico y social para todos los panameños.
¡Así de sencilla es la cosa!
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